Investigacion - Problemas de la Sociedad

Los principales problemas de la sociedad actual

  1. Introducción
  2. Orientación básica
  3. Consumismo
  4. Algunos comentarios finales sobre consumismo
  5. Agresion al medioambiente y sustentabilidad
  6. Los recursos disponibles para enfrentar la agresion ambiental
  7. Las posibles respuestas de la comunidad organizada
  8. El papel de la concientización individual
  9. Desarrollo sustentable
  10. Los cambios en la sociedad y en el individuo
  11. El reflejo de los cambios sociales en el individuo
  12. Los valores a promover
  13. Un posible camino
  14. Bibliografía consultada

Introducción


La orientación que prevalece en nuestra sociedad está focalizada en una visión linear, cartesiana: producir más, vender más, lucrar más. Por su vez, las instituciones académicas - como regla general - están más bien preocupados con la producción de profesionales y no con la formación de los mismos.
Un modo de vida, que hoy está siendo globalizado, nos oprime en forma creciente, evidenciando cada vez más síntomas de descomposición y decadencia social y de las relaciones humanas en general.
El medio de comunicación mas extendido, la televisión, a través de su prioridad por la presentación repetida y masacrante de escenas sórdidas, hechos de sangre, bajeza, programas para edad mental de 8 ó 9 años, acaba modelando nuestra juventud (y a los adultos) para el consumismo, la acomodación, la falta de valores y para la ausencia de ideales por los cuales luchar.
Las instituciones universitarias, en general, ofrecen un amplio campo de aprendizaje de conocimientos técnicos y científicos bastante avanzados, pero no acostumbran orientar sus alumnos para comprender la Vida, la naturaleza humana, su relación con Energías Superiores, etc. Como consecuencia, levas y levas de profesionales son producidos sin una mayor preocupación por una discusión seria y razonablemente profundizada sobre casos fundamentales para toda persona, tales como: la forma de ver el mundo, los valores humanos, el papel que como seres humanos debemos cumplir, etc.
En su lugar, los medios de comunicación, introducen falsos dioses en la mente humana. Ellos se llaman: poder, status, consumismo, así como todas las formas de conjugar los verbos tener poseer (objetos, inmuebles, dinero, personas). Esta preponderancia del tener sobre el ser se expande cada vez más en la sociedad humana gracias a la alianza del poder económico, político y de las comunicaciones con el conocimiento técnico-científico. Esta expansión ya asume la forma de un tumor canceroso que precisa ser extirpado rápidamente, si queremos evitar su avance hasta el colapso social.
No es nuestro objetivo ser alarmistas, pero el hecho es que las nuevas tecnologías avanzan como un monstruo ciego. ¿Si nada hacemos, cuanto tiempo falta para que nuestras vidas reales sean transformadas en virtuales? Seguramente, unos pocos años.
Aumentar más y más nuestros conocimientos científicos y tecnológicos sin sustentarlos en los verdaderos valores humanos: Libertadigualdadfraternidad (¡ya se fueron 200 años!), armoníapaz de espírituamor (¡ya se fueron 2000 años!), es correr apresuradamente en dirección al abismo. Estamos saturados de bombas atómicas, mísiles, destrucción, venenos, artículos superfluos y contaminantes, carencias y lujos, hambre y desempleo. ¿Dónde está la racionalidad, tan cara al método científicocorazón de la enseñanza universitaria, de esta sociedad?
En ella, unos se regodean en el lujo, otros vegetan o mal sobreviven. Unos cuantos acaban muriendo de hambre o de enfermedades fácilmente controlables (sí hubiera Sistemas de Salud decentes); algunos reciben diplomas de hasta "Post-Doctor" y ¿para quéPara acelerar el proceso, o sea el "progreso"
Creemos, sin embargo, que muchas personas, dentro y fuera del recinto universitario se rebelan contra ese modo de vida, irracional e inhumano. Su sensibilidad, su inteligencia y su concientización les indican que esta no puede ser la única forma de vivir. Mientras tanto, ellas sufren en silencio porque no consiguen percibir como salir de la prisión, ni cual la alternativa a ser tentada.
Esa es la justificación para esta monografía: mostrar a las personas que hay espacio para planificar nuestras vidas y que estamos aquí para participar activamente de una trascendental actividad cósmica: asumir nuestra identidad mas profunda y a partir de ella, contribuir decisivamente para crear una nueva sociedad, profundamente humana.
Este libro está dedicado a todas las personas, sin limitación de edad, género, raza o nacionalidad. Él está dirigido a todos los seres humanos.

Orientación básica

La sociedad humana ya atravesó la penosa fase de la sensibilización y está entrando de lleno en la de concientización. Es ahora necesario dar el salto cualitativo: actuar. Pero precisamos actuar no apenas rearreglando el mundo exterior y dejando como está el mundo interior. La Historia humana, especialmente la del siglo XX mostró que esto no resuelve la problemática básica de la Humanidad: comprender cuál es nuestra misión cósmica y cumplirla.
Hasta ahora creíamos que cambiando por la fuerza (o por la ley) las instituciones políticas, sociales e económicas, se podría traer felicidad a los pueblos. Sin embargo, dolorosas experiencias de guerras inútiles y revoluciones fracasadas muestran claramente que no podemos más trabajar apenas con la mente y sí que debemos colocar en juego, también el corazón alma.
Este enfoque nos lleva a la orientación básica: desarrollar la capacidad de pensar, sentir y actuar en un marco referencial bastante diferente al utilizado tradicionalmente en el medio académico.
Se trata de un enfoque transdisciplinario orientado para la formación de personas capaces de liderar una nueva sociedad, centrada en la Vida.
Lo "posible" y lo "utópico"
En la vorágine de elementos que nos hunden en la globalización tal como es actualmente entendida, óyese a los defensores interesados (y a algunos incautos), que han perdido la noción de "conjunto" en beneficio de la "parte" (la de ellos), decir que debemos trabajar en función de "lo posible" y descartar las "utopías". A pesar de su aparente racionalidad, esto significa rendirse al nuevo dogma.
Esas personas, muchas veces liderando diversos campos de la actividad humana, incluso política y/o académica, se volvieron de repente - tal vez como consecuencia de la caída del muro de Berlín - exageradamente pragmáticas, dejando de lado las enseñanzas que la Historia humana nos proporciona. Tal vez, el propio Marx, concentrándose exageradamente en el Homo economicus y olvidándose do Homo homus, preparó esas mentes para sus actuales estado de petrificación.
Es importante, en este momento, conceptuar la palabra utopía. Se trata, según el diccionario, de aquello que es imposible, considerando el "sentido común" de las personas. Pero si agregáramos a aquella definición un pequeño detalle, tal vez se abra un nuevo mundo de comprensión. En efecto, podríamos conceptuar utopía como "aquello que es imposible... en un determinado contexto"
Así, en la época de Leonardo da Vinci era una utopía volar (por falta de conocimientos científicos); en la época de las dictaduras latinoamericana era una utopía pensar en el reestablecimiento de la democracia y elecciones libres; en el siglo XVI era utopía pensar en la existencia de América y hace 40 años era utopía pensar en viajes a la Luna.
Tal vez uno de los primeros utópicos de la especie humana fue un agricultor primitivo, hace muchos millares de años. En esa época los cultivos se hacían a partir de semillas colocadas en agujeros hechos en la tierra, con las manos, lo que ciertamente daría origen a uñas quebradas, sangramiento e infecciones. Era, sin duda, un proceso penoso; pero era "lo posible". Eso fue verdad hasta que un individuo, digamos Juan, uno entre millones, tuvo la idea utópica de construir alguna cosa como una azada de piedra.
Comunicado este "descubrimiento" a sus colegas, seguramente ellos lo habrán clasificado como "loco" (pues la palabra utópico, bien más sofisticada, apareció mucho después). Sin embargo aquel genio desconocido, Juan, persistió en su idea, y a partir de allí comenzaron a ser creadas diferentes herramientas agrícolas, hasta llegar a las actuales.
Es interesante subrayar que todos los objetos creados por el hombre, sin excepción, comenzaron como utopías, antes de transformarse en realidades concretas, tales como: peines, lámparas incandescentes, lapiceras, zapatos, transistoresautos, computadores o rayos laser. En efecto, todos esos productos - antes de su creación física - fueron ideas utópicas en la cabeza de algunos "trastornados". Solo después, ellos consiguieron transformarlas en realidades manifiestas.
O sea: utopía no es otra cosa que una prefiguración de la realidad tangible. Esto significa, ni más ni menos, que precisamos convivir con las dos, porque ellas no son otra cosa que dos aspectos de la misma esencia. Por un lado, a un cierto nivel (superficial) ellos se oponen; a otro nivel (profundo) ellos se complementan.
En efecto, el cartesianismo - molde de nuestra cultura occidental - nos condujo a una senda unilateral: la del mundo manifiesto, o sea, "lo real" sería apenas aquello que podemos percibir a través de nuestra percepción sensorial. Y hoy en día, ese "real" está sepultado por una avalancha irresistible de productos tangibles y consumo exacerbado, a los que su apología acaba mostrándolos como lo único válido. Así, el reino de lo intangible (donde vive lo más selecto del pensamiento y del sentimiento humano), pasa a ser desacreditado como un sueño inconsecuente (una verdadera "utopía").
Históricamente, el ser humano ha sido explorado por los grupos de poder, de las más diferentes formas posibles, gracias al uso de la fuerza. En la sociedad "global", tan cara al neoliberalismo, la acción es mucho más sutil. ¿En efecto, para que utilizar la represión, con su costo y sus secuelas, si es posible manipular "científicamente" al ser humano?
Como sabemos, el ser humano es muy maleable. Por lo tanto, el sistema le ofrece anestesiantes que lo gratifican, y le hacen pensar que es un integrante autónomo de la sociedad, que actúa con inteligencia, que es moderno, que pasa una vida "mejor", que comprando se alcanza la "felicidad", etc. Un resumen compacto de esto es él jingle: "¡Todo va mejor con Coca-Cola!".
La ilusión de autonomía es, talvez, la nueva y más potente arma del dogma globalizante. Es realmente un arma poderosísima, tal vez mayor que la propia bomba atómica. El imperio soviético, por ignorarla se disolvió, sin derramar una sola gota de sangre, a pesar de su inmenso poder militar. Veamos un ejemplo para clarificar mejor lo que queremos decir.
Imaginemos dos círculos concéntricos: uno, el exterior es el mayor, ocupando 90% de la superficie; el menor está en el centro de la figura, ocupando apenas el restante 10%. Este, el menor, representa el valor real de la autonomía humana; ya el primero, el mayor simboliza las decisiones tomadas por el sistema. Por ejemplo, una persona de la clase media, debe tener auto, por el simple motivo de que si no lo posee, será considerado como un troglodita o un alienígena. Esa es la decisión del sistema. Pero - y aquí esta la apretada de tuerca fundamental - cada individuo tiene una cuota de libertad (algo de autonomía, ejemplificada en 10%), o sea, se abre una especie de ventana - que el sistema soviético dejó cerrada - para que las personas no se asfixien en un mundo de imposiciones.
En afecto, durante semanas y meses, el individuo que se está preparando para comprar un auto, utiliza todas sus energías en consultar anuncios en los diarios, vendedores y amigos, informándose acerca de las virtudes y de los defectos relacionados con marcas, tipos, modeloscoloresprecios y planes de financiamiento. Esto es tan agotador que cuando la persona acaba el proceso de compra, suspira doblemente satisfecho: porque tiene en su poder el ansiado producto y porque ejerció "plenamente" su autonomía humana.
Sin embargo, no se percibe que - en realidad - el comprador apenas dio el último paso de algo que ya estaba decidido por el sistema; este deja lo micro al individuo y mantiene el control de lo macro. No interesa al sistema global si el ciudadano compró un Mercedes Benz, un Renault o un Gol; lo importante es que él compró un auto y al hacerlo, entró en la categoría de ciudadano "normal". Pero ¿qué normalidad es esa, cuando otros piensan por nosotros?
Pero, ¿porque este hecho - en general - no es percibido ni discutido, incluso en las mejores Universidades? Simplemente porque todos - de izquierda, de derecha, de centro o apolíticos - fuimos educados en Occidente según el enfoque cartesiano, el cual aplicado a la actual coyuntura mundial actual, solo tiene una vía por donde transitar: crecer en términos tangibles, o sea desarrollar cada vez más productos concretos, perceptibles por nuestros órganos sensoriales, y después aplicar un lavaje cerebral encima de las personas, para que ellos sean deseados, comprados y consumidos a lo largo de un ciclo ininterrumpido.
Esta análisis nos lleva a un punto crucial: precisamos - tal vez antes que cualquier otra cosa - repensar nuestra forma de ver el mundo, o sea, nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Ya hace 200 años Stuart Mill dijo: "Ninguna mejoría en la suerte de la Humanidad será posible hasta que ocurra un gran cambio en su modo de pensar." Más recientemente, Stulman, asesor del Instituto Mundial confirma: "A pesar de los avances obtenidos, de ahora en adelante, no podemos hacer nada significativo, hasta que pensemos de forma diferente"
La nueva forma de ver el mundo se llama enfoque holístico, que será comentado en monografías posterioresel cual permite completar la visión cartesiana, centrada apenas en lo tangible y lo manifiesto, con los aspectos intangibles y subyacentes, que forman parte del ser humano y del Universo. En ese contexto, realidad es el aspecto visible de un conjunto mayor, cuyo resto - oculto a las miradas superficiales - está impregnado de posibilidades infinitas, que por no haberse manifestado aún, pueden ser llamadas de utópicas (o mejor: realidades potenciales)
O sea, la Realidad se compone de dos partes. Por un lado la realidad manifiesta, tangible y observable, que es lo único importante para el cartesianismo y cuya exacerbación nos ha llevado a la actual globalización "caníbal". Por otro lado, está la contrapartida de aquella: la realidad potencial que siempre estubo, está y estará esperando que el ser humano la utilice para resolver sus problemas, cada vez más complejos y más desanimadores.
El enfoque holístico lleva en cuenta ambas realidades, cada una en su nivel propio de acción. Por lo tanto, cualquier asunto relacionado con la problemática social, económica, tecnológica, educativa o cultural del ser humano implicará en el equilibrio entre las dos realidades o principios básicos del Universo. De este modo, la realidad manifiesta hoy teñida por el mercado global, el desempleo, la corrupción, el consumismo, el hambre, el desperdicio y la destrucción ambiental (entre otros males), podrá ser transformada en una nueva realidad (actualmente potencial).
Esta realidad potencial Utopía podrá ser desarrollada, a pesar de los profetas del determinismo, que una vez más nos pretenden dogmatizar, haciéndonos creer que solo hoy un camino único; definitivo... y ¡feliz! Es claro que ese es el camino que les proporciona grandes beneficios, que acabamos pagando, al pasar por ese carísimo peaje.
El gran instrumento a ser creado es ni más ni menos, que la elaboración de una nueva utopía, a través de los recursos que están disponibles en el seno de la realidad potencial.
La Humanidad siempre fué a procurar este recipiente escondido cuando lo necesitó: él fue abierto por el Maestro hace 2000 años, legándonos sus elevadísimos mensajes. Cuando ellos - a través de largos siglos - fueron deturpados por el poder dogmático, la Humanidad retornó a aquellas fuentes, privilegiando la razón en lugar de los dogmas vacíos, a través del método científico.
Más tarde, las utópicas palabras Libertad, Igualdad y Fraternidad resonaron en un mundo de pesada explotación. Hoy, en el amanecer del Tecer Milenio, en un mundo donde la exploración directa se conserva, aunque ahora superpuesta por una fina trama de manipulación y anestesia general, es necesario volver a ese reservatorio eterno.
En definitiva y sin perder la noción de realidad manifiesta (como lo hicieron, entre otros, los héroes de Chicago luchando por las ocho horas de trabajo; Mandela y Luther King contra el racismo, Gandhi contra la violencia; la resistencia francesa contra el nazismo, etc e etc) precisamos levantar nuevas banderas a las que podemos llamar de "realismo utópico", o quien sabe "utopía realista") ¿Y cuál sería la nueva Utopía? Precisamente, la construcción de una nueva sociedad, a partir de nuestra riqueza interior. Sin embargo, existen problemas para desarrollar esta idea (como otras, favorables al ser humano). Como ejemplo culminante de estas dificultades, tenemos el caso de Jesús que, con lenguaje místico, vino a proponer la creación de un nuevo mundo a partir de la identificación del "Reino de los Cielos", que Él dijo estar dentro de cada uno de nosotros. Bien sabemos cual fue su final: murió crucificado.
Hoy, dos mil años después, el panorama no es muy diferente, apenas la metodología de resistencia usada es más sutil. Sin embargo, el camino sigue siendo el mismo. Quizás, en lugar de la metáfora "Reino de los cielos" debamos usar la expresión: Riqueza o potencialidad interior del ser humano.
Mead (1) dice: "Es instructivo notar que todo esfuerzo hecho para llevar los hombres a pensar, haciéndolos más auto-conscientes, tuvo que enfrentar resistencia, bajo la forma de quejadesprecio resentimiento. La resistencia a un nuevo ímpetu es, invariablemente, generada por la devoción a algo que en la época era renovador"... "Los pioneros de este mundo son siempre considerados herejes, porque son personas que procuran libertarse de la inercia del sistema existente"... "El amante de la sabiduría es, así, un hereje natural para el ortodoxo del momento, y sus concepciones deben, "naturalmente", ser tenidas por los amantes de las "cosas como parecen ser", como nocivas a sus convicciones más arraigadas"
El discurso de Mead muestra una faceta del ser humano (poco evolucionado como tal, a pesar de que pueda poseer varios diplomas, hasta el de Post-Doctor) que lo acompaña desde tiempos lejanos. Se trata de la resistencia a ideas nuevas, a cualquier demostración de innovación en la manera de pensar, sentir y actuar (Por otro lado, la innovación tecnológica es muy procurada). ¿Por qué? Simplemente porque ella ayuda a ganar mas y más dinero y la palabra "dinero" es la palabra de pase, el sueño de la forma de pensar que prevalece.
Giordano Bruno (y muchos otros) fueron quemados en la hoguera; Sócrates bebió la cicuta; millares han sido torturados y muertos en las mazmorras; Gandhi fue asesinado; Jesús, crucificado.
Hoy no son necesarios esos métodos para el sistema imperante; hay vías más sutiles. No es necesario usar la violencia física, pues se dispone de un vasto arsenal psicológico. ¿Cuantas personas, incluso profesores universitarios, no hablan lo que piensan por miedo de ser segregados, estigmatizados, perjudicados o despedidos?
En este siglo (XXI), en este milenio (III) y en esta Era (de Acuario) que iniciamos recientemente, debemos abrir todas las compuertas racionales, afectivas e intuicionales para incursionar en todos los temas (sin exclusiones ni tabúes) que sean necesarios para una mayor compresión de nuestra condición de seres humanos. Esto se denomina enfoque transdisciplinario (Asunto a ser tratado en próximas monografías).

Consumismo

Conceptos introductorios
Podemos denominar sociedad de consumo a aquella cuyo rasgo más característico es la disponibilidad de innúmeros productos de consumo, muchos de ellos completamente superfluos, que acaban generando necesidades, en gran parte artificiales. Ellas son introyectadas en la mente humana, a través de una publicidad intensa en los diferentes medios de comunicación, planificada en forma científica, con ayuda de psicólogos y sociólogos, de modo a incentivar la compra de los productos (de cualquier clase), martillando sobre la inseguridad de las personas, lo que - ciertamente - es altamente destructivo, en términos de salud mental de la población. Esto ocurre hasta con niños pequeños, que acaban sintiéndose frustrados e infelices, si sus padres no tienen condiciones de comprar los vaqueros y los championes de marca X (cuatro veces más caros que los sin marca).
Ya hace casi 50 años que el entonces Presidente de los EEUU, el condecorado general Eisenhower, héroe de la Segunda Guerra Mundial dijo: "Gustaría de pedirles a los fabricantes, cuyo nombre no daré, para que dejen de producir lo que ellos hallan que precisamos y comiencen a producir lo que realmente queremos". Es muy claro que la visión del Presidente (del país que es corazón del capitalismo mundial) estaba indicando, con su dedo acusador, la triste situación del consumidor, un verdadero prisionero, aplastado por la fuerza de las grandes empresas, especialmente las multinacionales, que acaban extrayendo de sus bolsillos, los recursos necesarios para pagar su incompetencia por no producir mejor y su deshonestidad intrínseca, a pesar de la recomendación presidencial.
La situación actual no ha mejorado substancialmente; apenas el tiempo há pasado y la conciencia humana precisa ser engañada de un modo más científico, más sutil, más "global".
Algunos autores esclarecen más el significado de la sociedad de consumo. Por ejemplo:
  • Smythe (2) dice: "Los medios de comunicación son propaganda en su todo... Así, ambos, tanto la propaganda propiamente dicha, como los programas reflejan y mistifican, siendo esenciales para la venta de productos y servicios, a través de una nueva industria: la industria de la conciencia"
  • Souki (3) esclarece que: "La glorificación del consumo en los medios de comunicación periféricos (Tercer Mundo) tiene como consecuencia la concentración de la renta. La presión generada por el proceso de modernización, en lugar de promover el desarrollo, tiende a incentivar las camadas más ricas, así como los detentores del poder, a reproducir las formas de consumo, sofisticadas, de los países centrales (Primer Mundo)."
  • Teixeira (4) describe con precisión lo que denomina: "Ciencia de las compras compulsivas" y justifica esta designación así: "Es una ciencia porque sus gurús son capaces de decir, con antecedencia, cuando como cada compra compulsiva acontecerá"... "El primer paso para una administración de compras bien sucedida es hacer con que todos lo que entran sean ligeramente sedados. El ser humano, guiña 32 veces por minuto. Pesquisa americana reciente muestra que en un comercio debidamente arreglado e iluminado, el número puede ser reducido para apenas 14 veces por minuto"... "El segundo paso es garantir que los sentidos de los compradores queden entorpecidos sin estar deprimidos, a través de la iluminación más brillante y consistente, bloques simples, colores primarios, aroma suave, etc". El tercer paso es volver a la normalidad... después de pasar por la caja.
¡Que derroche de energía, conocimiento y dinero! Para este tipo de manipulación hay recursos abundantes, pero no para atender las necesidades reales de las personas. Precisamos despertar de este sueño hipnótico, que nos quieren hacer pasar por la Realidad y crear una nueva utopía: transformarmos en seres concientizados y activos, verdaderos focos de luz, rechazando el clonaje organizado por el sistema.
La procura individual por el sentido el significado de la vida (capítulo 11), pasa a ser el nuevo divisor de aguas.
Aspectos negativos del consumismo sobre el ser humano
Tal vez una pregunta preocupante sea: "Vamos a consumir menos porque el dinero no alcanza y sufrimos por esto, o ¿es la hora de priorizar otras cosas?"
Por ejemplo, una de esas cosas es la concientización. Tal vez sea lo más importante y no estamos dando suficiente espacio para ella, sofocados por el peso aplastante del tener (no interesa qué, y sí apenas tener, para no quedarnos atrás del vecino o del colega).
No conocemos personalmente a usted, pero aún así, no tenemos dudas que es una persona maravillosa. ¿Será que estamos quierendo adularlo con propósitos ocultos o apenas conquistar su buena voluntad para que difunda este libro?
Ciertamente muchas personas pueden no manifestar esa maravilla, ese esplendor del que acabamos de hablar. Pero ¿por qué esto puede ocurrir? ¿Será porque somos, realmente, vacíos, insignificantes y despreciables? No. Eso puede ocurrir apenas debido a un motivo específico: no reconocer nuestro derecho de nacimiento, pues hay una partícula cósmica - maravillosa - dentro de todos y cada uno de nosotros.
No estamos haciendo ninguna propaganda religiosa (incluso no pertenecemos a ninguna de ellas), pero el hecho es que, como dicen los libros sagrados de varias religiones, el Creador nos hizo a su imagen y semejanza. ¿Con que objetivos Él habrá hecho eso?
Creemos que ese objetivo sea, ni más ni menos, que seamos auxiliares de Él en el mundo físico, en el cual sus Excelsas Energías no pueden actuar, ya que podrían fulminar todo aquello que tocaren. Él precisa de transformadores capaces de reducir aquel altísimo voltaje y así hacer útiles aquellas portentosas energías en el mundo físico. Ese es nuestro papel principal dentro de la sinfonía del Universo.
Así, a medida que crecemos interiormente, podremos pasar desde la posición de un humilde fósforo (que a pesar de su pequeñez proporciona luz, para la de un farol, después para una lámpara incandescente o fluorescente, hasta llegar a ser un reflector, un foco deslumbrante de luz, amor y esperanza).
Pero, probablemente esto parece un sueño, un cuento de hadas, una utopía. ¿Porque? Porque aquella partícula cósmica fue cubierta por la vanidad, por el miedo, por la envidia y sobre todo por la "necesidad de aparecer" y de tener más que los otros. Así, el tener asfixió el Ser.
De este modo, la maravilla, el esplendor, la riqueza interior de las personas pasa, en gran parte, desapercibida y cruelmente desperdiciada. Por eso es que parece una adulación lo que fue dicho al principio de este ítem. Pero tenga certidumbre de una cosa: usted, como las otras personas, son seres maravillosos, en los cuales el Creador colocó inmensas potencialidades.
Entonces al asunto básico es: ¿cómo revertir esta situación de modo que la esencia, el contenido íntimo, lo principal, se presente recuperando su verdadero valor, sobreponiéndose a lo que es envoltorio, superficial, secundario? Para conseguirlo, precisamos, antes que todo, valorizar las personas y no, deslumbrarnos con los nuevos productos de la moda. Pero, para es fundamental nos auto valorizar.
Esa auto valorización, clave para valorizar los otros, nos conduce por los soleados caminos de la solidaridad, de la armonía y del bienestar personal. Este es el gran desafío. Pero para poder transitar por esta gloriosa avenida, precisamos, entre otras cosas, despegarnos de nuestro consumismo actual.
Para recorrer con éxito aquel fascinante bulevar, precisamos desarrollar aceleradamente nuestros valores afectivos, éticos y espirituales, por lo que será necesario defenestrar el consumismo absurdo y la competencia enfermiza que hoy nos agobian. Y comenzar a trabajar la cooperación entre los seres humanos, estando cada uno en su nivel de concientización y biodiversidad, pero todos sintonizados con las altas energías cósmicas. Es para eso que fuimos creados, no para enriquecemos con bienes mal habidos, para envidiar los exitosos ni para exacerbar nuestro egoísmo, deseando - apenas - tener más y más.
En la medida en que vamos consiguiendo aumentar nuestra autovalorización, nuestras necesidades artificiales (ver mas adelante, en este Capítulo) se irán reduciendo. De este modo, comenzaremos a distinguir entre lo esencial y lo superfluo.
No estamos, sin embargo, proponiendo un culto a la pobrezaPodemos (y debemos) ser bien sucedidos y prósperos, pero no aplastando, explorando y destruyendo los otros y sí a través de acciones constructivas, de pensamientos positivos y de sentimientos bienhechores.
Algunas personas nos dicen que el consumismo mueve mucho dinero y que si fuese eliminado, la sociedad se hundiría en el caos y la pobreza. El caso es que el tabaco, el alcohollas drogas, la prostitución y las armas mueven billones de dólares en el mundo entero. ¿Y eso será motivo suficiente para estimular su producción y consumo?
Parece bien más racional utilizar los recursos financieros de una sociedad procurando el bienestar de ella, a través, básicamente, de la salud, la alimentación y la educación y no derrocharlos en superfluos, que acaban agotando nuestros recursos naturales.
En un análisis rápido, podemos identificar el consumismo como motivo principal de los siguientes perjuicios:
  • Perjuicios económicos directos. Generación de deudas y hasta de quiebras, con su secuela indeseable de sufrimiento, sentimiento de carencia, de impotencia y de inferioridad.
  • Perjuicios éticos. Se pierde el sentido de los valores universales. Así, el tener (lo que sea), desplaza el Ser; el egoísmo suplanta la solidariedad; las ventajas individuales aplastan la cooperación, etc.
  • Perjuicios familiares. Las personas de la familia se acostumbran a disputar para tener prioridad en la compra de productos. Por otro lado, los hijos son criados con una visión torcida de la vida, lo que no les permite separar lo esencial de superfluo. Como consecuencia de esto, las personas, especialmente los padres (y las madres) de familia, precisan correr desesperadamente el tiempo todo para ganar más y más dinero. La internet y la televisión acaban, en ese contexto, transformándose en niñeras electrónicas, con todos los daños en la formación del carácter de los niños y adolescentes, que aquella actitud provoca.
  • Perjuicios ambientales. El consumo exacerbado de superfluos conduce a una aceleración en el ya avanzado proceso destructivo de los recursos naturales. Dentro de algunas pocas décadas, ¿Como van a sobrevivir las personas, incluyendo nuestros descendientes y quien sabe, nosotros mismos? La falta de energía, hoy complica nuestra vida, pero también están amenazadas el agua, la productividad de la tierra y del mar, la biodiversidad, etc.
  • Perjuicios económicos indirectos. La insatisfacción de las personas con la sociedad como un todo acaba transformándose en una enfermedad crónica. En realidad, no adelanta mucho ganar más (lo que está difícil), porque la avalancha de productos que "precisamos comprar" avanza exponencialmente. ¿Cuanto deja de alimentarse una familia de baja renta, cuando se quiere dar el "nuevo lujo": el celular?
Por otro lado, el consumismo como padrón de vida, acaba conduciendo a un camino peligrosísimo, estimulando directamente la criminalidad y el tráfico de drogas, con efectos terribles sobre la juventud.
No se pretende proponer la eliminación de los superfluos, de forma radical y forzada. Creemos en la concientización humana a través de la Educación. El camino mas adecuado parece ser una reducción gradual de la tendencia consumista, hoy muy fuerte, lo que podría resumirse en: Producir aquello que realmente es necesario, útil e de buena calidad.
En particular para los padres, algunas recomendaciones podrían ser hechas, a saber:
  • Precisamos sustituir el culto al derroche, por el culto de la suficiencia.
  • Precisamos que nuestros hijos (y nietos) sean preparados y educados:
No, para ser una generación de derrochadores, de personas infelices, que terminarán de acabar con el planeta en poco tiempo.
, para seu una generación de agentes de transformación de la sociedad, capaz de crear un mundo más humano, más digno y más feliz. O sea, llevar a la práctica aquel sueño que la Humanidad guarda en su corazón hace milenios: la Gran Utopía.
  • ¿No sería esa la mejor herencia que podemos dejar?
  • Recordar un hecho muy frecuente: ¡Muchas personas gastan el dinero que no tienen, para comprar cosas que no necesitan, para impresionar personas que ni conecem! Parece una cosa absurda, pero es la triste realidad del día-a-día.
  • Finalmente, precisamos recordar al sabio Confucio: "Para quien nada es lo bastante, lo suficiente es poco"
Una potente metodología al servicio del consumismo: la obsolescencia planificada
Obsolescencia significa algo que se torna anticuado o sale de uso. Sin embargo hay dos tipos de obsolescencia, la funcional y la planificada.
La obsolescencia de función ocurre cuando un nuevo producto cumple su función específica bien mejor que los anteriores, de modo que estos se tornan necesariamente anticuados (obsoletos). Por ejemplo: aviones a chorro comparados con aviones a hélice; locomotoras eléctricas en relación con locomotoras a carbón; calculadoras electrónicas en relación a las manuales, etc. Este tipo de obsolescencia es el único que está ligado realmente al progreso de la tecnología y generalmente a un mayor bienestar social.
Ya la obsolescencia planificada implica en un esfuerzo intencionado para declarar un producto obsoleto, cuando él podría ser bastante útil. Ella se presenta en la forma de dos modalidades básicas:
a) Obsolescencia de calidad. Ocurre cuando el producto se desgasta o se deshace en un cierto momento, próximo a la fecha de su compra. Por ejemplo: lámparas incandescentes, cuya duración es reducida intencionadamente de 300 para 200 horas; piezas de baja calidad en electrodomésticos, etc.
Esta obsolescencia tiene implicaciones bien mas profundas, ya que para reducir la durabilidad de un producto es necesario desarrollar investigaciones científicas, o diciendo mejor: anti-investigación científica, entendiéndose como tal la utilización intencionada de la metodología científica para perjudicar los consumidores.
Las consecuencias de estos hechos, tienen implicancias bien profundas, con relación a la llamada ciencia. En efecto, un buen número de científicos modernos, utilizando la más avanzada tecnología disponible, los conocimientos teóricos más profundos y los computadores más veloces y sofisticados, están participando en esta tarea nefasta, aunque muy bien paga.
¡Esto es terrible! ¿Cuantos Doctores (y Post-Doctores) de las mejores Universidades del mundo estarán colaborando para aumentar el cautiverio del ser humano, amarrado a la sociedad de consumo, ahora globalizada.
b) Obsolescencia de atractivo. En este caso, aunque el producto pueda continuar siendo utilizado durante mucho tiempo, él es transformado en anticuado (obsoleto), debido al aparecimiento de un modelo más "moderno". Las Sra. Puckett, por ejemplo, magnate de la industria del vestuario, declara textualmente: "Nuestra tarea consiste en hacer que las mujeres se sientan muy infelices con aquello (ropas) que poseen. ¡Debemos hacerlos tan desdichosas que sus maridos no puedan encontrar felicidad y tranquilidad, mientras mantengan su excesiva tendencia al ahorro"!!! (Bonilla, 5).
En pocos pasajes, el sistema presenta en forma tan explícita y descarnada, la idea central de la sociedad de consumo, hoy enriquecida por la globalización "caníbal". Según aquella, la felicidad no es un edificio que cada persona tenta construir, teniendo como base una adecuada combinación de elementos afectivos y sí un objeto de compra y venta. No importa que aquel marido no sienta más amor por su mujer (o vice-versa). En efecto, con una buena reposición de vestuario. ¡La felicidad entra alegremente por la ventana! ¡Qué distorsión absurda de la vida humana! Ese marido para hacer "feliz" a su mujer precisa tener un buen y cada vez mejor nivel de vida. Ya la calidad de esa vida no interesa al sistema. Lo más triste es que muchas personas acaban aceptando esta idea, repetida millares de veces en la pantalla de televisión, en los out-doors de las calles, en los diarios, en las radios y ahora en la internet. De esta forma aquella idea se transforma en una fuerza omnipotente que penetra nuestras vidas desde todos los ángulos posibles.
Esa es la "Realidad" que el sistema presenta como única, definitiva y satisfactoria. Para desterrarla, precisamos ir al fondo de nuestros corazones y allí rescatar la Gran Utopía, que no es otra cosa que una sociedad realmente humana. Este es el gran desafío, que implica en cambiar de verdad, para lo que precisamos transformar aquella "Realidad" triste, aparente y anti-humana, por otra, floreciente y armoniosa. Marcuse (6) en su magnífico libro "Eros y Civilización" afirma: "Una sociedad está enferma cuando las instituciones fundamentales (o sea su estructura) son de tal naturaleza que no permiten la utilización de los medios materiales existentes para el desarrollo ideal de la existencia humana". Y no tenemos más que abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor para percibir que los bienes materiales que nuestra civilización posee, son colosales y enormemente superiores a los de cualquier otra época de la historia humana. ¿Y será que la estructura social permite la utilización de los recursos materiales y la opulencia disponible para un florecimiento humano?.
No hablemos de los muertos de hambre en Biafra, Pakistán o Etiopía en los últimos años, ni en la subnutrición de casi todo el Tercer Mundo. Consideremos solo los países mas "desarrollados" (en la verdad, los más ricos). En las catedrales de la opulencia el índice de suicidios (especialmente de jóvenes) es muy alto; la droga corrompe sin respetar edades o formación académica; la falta de idealismo hunde esos países en la mediocridad y en la perplejidad. La televisión es usada como fuga, a través de la identificación con los héroes y especialmente las heroínas de las novelas. Obviamente, la falta de esperanza no es debida a la falta de recursos materiales, por insuficiencia de alimentos y moradla y si porque la Vida se presenta como una cosa hueca, como un vacío atroz y horroroso.
Ahí es que entra el papel clave del consumismo: aplacar el sentimiento de infelicidad (que es la causa principal de la obesidad) y mágicamente lo sustituye por la euforia que fluye del nuevo artefacto o producto, poseedor de bellos colores y modelos, así como cada vez más aerodinámico. Sin embargo, esta euforia dura poco.
Esta situación de euforia aparente y hedonismo generalizado, también se extiende a las camadas más pobres (las que deslumbradas con la pose de nuevos artículos, como los celulares, pasan un poco mas de hambre para pagarlos).
Esto nos recuerda culturas antiguas que se derrumbaron porque sus clases dominantes redujeron sus preocupaciones a los placeres, las poses y las trivialidades (por ejemplo: el imperio romano, Luis XVI, María Antonieta, los Zares de Rusia).
Solamente la concientización creciente de las personas, acompañada por las correspondientes acciones tendrá la fuerza necesaria para hacer recuperar su salud a la sociedad enferma, según la expresión de Marcuse. Esa es, precisamente, la idea básica que este libro está transmitiendo.
Las necesidades humanas: reales y artificiales
Ahora precisamos introducir un principio básico: una vida humana, realmente merece ser vivida, cuando es colocado como objetivo fundamental de la misma, satisfacer – aunque sea parcialmente – las necesidades reales y no las ficticias o artificiales, creadas por sectores interesados apenas en su propio beneficio financiero, sustentadas básicamente por la nefasta tecnología de la obsolescencia planificada, vista en el ítem anterior.
En este marco referencial, se entienden por necesidades reales, las siguientes, enumeradas en una lista no taxativa:
  • Necesidades físicas vitales: alimentos, vestuario, habitación, salud.
  • Necesidades afectivas: relación adecuada de pareja; buenas relaciones familiares.
  • Necesidades sociales: relación placentera con el trabajo; relación solidaria con el grupo humano adyacente y con el mundo en general.
  • Necesidades educacionales, culturales y estéticas.
  • Necesidades de armonización con el medio natural.
  • Necesidades de expresión de sentimientos espirituales de plenitud y auto-realización.
En el esquema básico de la sociedad de consumo, el primer punto – totalmente distorsionado – está tan súper valorizado, que acaba cubriendo todo el conjunto. Las grandes abandonadas son las necesidades afectivas, sociales, ambientales y espirituales. Ellas son, en realidad, las Cenicientas de la Historia humana. Cenicientas que solo encontraron amor y reconocimiento en el Príncipe de la Leyenda(*), o sea los príncipes de la Sabiduría, los Maestros Espirituales de todas las épocas.
En verdad, la historia de la especie humana es la historia de la opresión del hombre por el hombre; pero precisa ser subrayado que ahora (siglo XXI), la moderna sociedad tecnológica dispone de todos los medios necesarios para satisfacer – en todo el mundo – las necesidades básicas de la Humanidad, por lo menos a un nivel razonable. Sin embargo, la sociedad humana no está caminando en esa dirección. La obscena mezcla de desnutrición y desperdicio, de "favelas", "villas miseria" y "cantegriles" junto con rascacielos y lujosas mansiones a lo Silvio Santos, no existen apenas en nuestros países "subdesarrollados" y sí en los "super-desarrollados", incluyendo el ombligo del mundo globalizado, la orgullosa Nueva York.
El consumismo de productos nos conduce a otro tipo de consumismo, mucho más peligroso: el consumismo de una manera de pensar, sentir y actuar ya pre-definida por el sistema. En efecto, el sistema ya definió, con el apoyo decisivo de los medios de comunicación, como deben ser nuestras vidas. Pero, para disimular – como ya vimos – nos deja algunos grados de libertad, usando los cuales somos llevados a pensar que somos seres autónomos.
Zohar y Marshall (7) colocan este asunto de la siguiente forma: "Nuestra cultura es una cultura de multitud. Los medios de comunicación nos estimulan a tener los mismos pensamientos y las mismas opiniones"... "No sabemos mas como pensar con independencia"... Uno de los principales criterios de una alta inteligencia espiritual, es lo que los psicólogos llaman de "independencia del campo". "Esto significa ser capaz de erguirse contra la multitud y defender una opinión impopular, sí es eso de lo que estamos convencidos"... "Desde una perspectiva centrada en mi Yo Interior, a partir de aquello que podríamos llamar de "subversividad profunda", sé quién yo soy y sé en lo que yo creo. Eso no es egoísmo y sí individualidad auténtica y requiere mucho coraje".
¿Y quién yo soy? Una partícula cósmica con inmensa potencialidad. ¿Y en que creo? En que esa potencialidad pode ser usada – de las más diversas formas para transformar en Realidad, la Gran Utopía: una sociedad más humana, mas justa y más digna.
La "independencia de campo" mencionada por Zohar y Marshall (7) significa que tenemos la autoconciencia suficientemente desarrollada, como para saber cual es nuestro papel y nuestra misión cósmica, que pueden batir de frente con el "status quo" y que, con seguridad, lo harán. Pero esto es lo que siempre hicieron los grandes y auténticos líderes, los "herejes" para aquellos que tienen la visión corta y el corazón encogido. A la cabeza de estos "herejes" está el Maestro, crucificado con el apoyo de la multitud y del poder religioso.
Como aquellos autores dejan claro, la individualidad auténtica no es una manifestación de egoísmo y sí de riqueza de la biodiversidad humana. Está implícito en este raciocinio que, tratándose de personas con alto nivel de inteligencia espiritual, ese privilegio auto-afirmativo, deberá estar equilibrado con el principio integrativo, que busca la unión en beneficio del conjunto, o sea de la sociedad y del planeta (ver Cap. 8).
Es interesante cerrar este ítem con una citación de Souki (3):
"Al examinar el desarrollo de la midia electrónica en Brasil(*) aparecen dos tendencias muy claras,: una, promover la compra de bienes de consumo; La otra, divulgar y legitimar la ideología de los dominantes. Para sustentar estos objetivos, se precisa alcanzar públicos cada vez más vastos, en una tentativa de homogeneizar gustos, costumbres y hábitos. Esto llevó a la padronización de los programas y a la centralización de la producción (principalmente televisiva) en el eje Rio – San Pablo. De forma general las audiencias son apenas utilizadas para realizar los objetivos de los sectores que comandan el poder. Por lo tanto, las carencias y aspiraciones intrínsecas de la sociedad, tales como: mayores niveles de educación y valorización de las culturas regionales, son raramente enfatizadas".
O sea, en forma resumida: las necesidades reales de la sociedad son poco publicitadas. Ya las necesidades artificiales lo son profusamente, a través de análisis científico del comportamiento humano.
Entonces: ¿lo que producir?
Según Kotler (8) uno de los componentes del marketing social es: "evitar producir bienes y servicios que no se encuadren dentro de los mejores intereses del cliente". Un ejemplo serían los productos superfluos. Esto implica en una revolución conceptual, generalmente no abordada en los textos sobre Gestión. Este inmenso agujero, impide la posibilidad de responder a preguntas esenciales, tal como: ¿Lo que producir lo que no producir? ¿Cuáles los criterios de discriminación? Aquí hay un asunto crucial: de nada vale aplicar técnicas cada vez mas sofisticadas, si no somos capaces de ecuacionarlo.
El hecho es que los mejores libros de Gestión y especialmente los de Gestión de la Calidad, como Deming (9), Juran (10), Ishikawa (11) o Falconi Campos (12), solo se preocupan con metodologías técnicas (así como insisten en la valorización de los funcionarios), capaces de alcanzar altos índices de calidad y productividad.
De cualquier forma, una cosa es clara: la estructura productiva tal como hoy existe, tiene un interés prácticamente único: el lucro. Si no colocásemos anteojeras, veríamos lo que realmente ocurre: la Naturaleza es devastada, destruida y contaminada; los seres humanos son deshumanizados, uniformizados, triturados; los principios éticos y espirituales son ignorados y ridicularizados. Y el sistema productivo como un verdadero Moloch(*) nos devora, transformándonos en consumidores compulsivos tan insaciables cuanto permite nuestro bolsillo, reforzado a corto plazo por el crédito fácil (cheque especial, tarjetas, préstamos etc).
En el ítem anterior, clasificamos en forma genérica las necesidades humanas en dos categorías: las reales y las artificiales. Sin embargo, algunos defensores del sistema productivo actual contraatacan diciendo: "¿Quién será capaz – y tendrá el derecho – de definir cuáles son estas necesidades, supuestamente reales o verdaderas?"
La anterior es una pregunta teóricamente válida (aunque generalmente hecha con mala fé) y por eso tiene que ser respondida, aunque el inquiridor parece ignorar que el sistema ya hizo discriminación – aunque en forma implícita – acerca de estas necesidades y no se intimida en preguntarse si "será capaz de hacerlo y con que derecho". En efecto, el sistema ya decidió: todo lo que dá lucro puede (y debe) ser producido.
No hay condiciones para hacer ahora un análisis detallado de la problemática expuesta en este momento, que implicaría un estudio muy detallado, pero algunas ideas básicas pueden ser ofrecidas, a saber:
a) En lugar de reservar las mejores tierras para los cultivos de exportación (como es usual en el Tercer Mundo), dedicarlas, en proporción razonable a disminuir rápidamente la desnutrición de la población local. Para esto será necesario elaborar un Plan Nacional de Alimentación (ver Bonilla, 13).
b) En vez de fabricar productos superfluos innecesarios, ofensivos, no bio-degradables, o causadores de diferentes tipos de contaminación, utilizar los recursos materiales, financieros y humanos al servicio de las necesidades reales (identificadas en el ítem anterior) de la población, comenzando por las más esenciales.
c) En lugar de divulgar y promover cantores mediocres, telenovelas ruines, revistas chismosas, diarios sensacionalistas y demás productos negativos de los medios de comunicación, colocar todos los recursos financieros utilizados (incluyendo los salarios absurdos de "showmen" de programas televisivos, que en Brasil superan 500.000 dólares mensuales), para estimular la cultura y la educación, a través de sus representantes auténticos.
No estamos aquí proponiendo una nueva teoría ni pregonamos quebrar el sistema productivo. Apenas estamos colocando a consideración de las personas, la idea básica de que el sistema, aparentemente actuando a nuestro favor gracias a la creación y difusión de productos cada vez más gratificantes y novedosos, acaba neutralizando nuestros mejores sentimientos y nuestros más altos valores.
Aún se puede oír los tecnócratas insensibles diciendo: "Este cambio nos llevará al enfriamiento de la economía, con sus terribles consecuencias; es necesario parar con esta locura".
Y ellos podrán justificar su preocupación con argumentos racionales como estos: Si las fábricas de armamentos fueran cerradas; las plantaciones de tabaco prohibidas; la producción de autos particulares fuera disminuida(*); si la devastación de las florestas fuese efectivamente controlada, en que niveles sería degradado el Producto Nacional Bruto e peor aún: ¿Cuántas personas que darían desempleadas?
En verdad, el PNB no discrimina calidad, uso, motivo, esencia, utilidad, contenido o naturaleza de los productos comercializados; él solo se preocupa con las facturas y sus correspondientes valores pecuniarios, aunque entre ellos no contabiliza los costos sociales y ambientales. Solo interesa contabilizar dinero.
Desde el punto de vista ambiental, un ejemplo: Brasil produjo en 2005, treinta millones de toneladas de soja, que exportó a buen precio, lo que aumentó grandemente el PNB e incluso el superávit en su balanza de pagos. Pero... cada kilo de soja implicó (dada la metodología de monocultivo utilizado) en la pérdida de 10 kg de suelo, lo que totalizó 300 millones de toneladas de suelos fértiles. ¿En que página del informe sobre el PNB está registrada esta pérdida?
En primer lugar, es importante decir que el PNB puede tener alguna utilidad como indicador para los tecnócratas, pero no para el ciudadano común. En efecto, el PNB mide el volumen de las compras y ventas de bienes y servicios, de modo que, cuanto más alto sea el nivel de éstas, más robusta sería la economía. Pero los números son números: 1000 = 1000; 100 ( 500. Por lo tanto, resultan más "satisfactorios" 3000 pesos invertidos en el celular de la moda que 2000, utilizados para alimentar una familia (es claro que muy mal), durante el mes.
Garaudy (14) para demostrar lo absurdo del sistema, presenta una parábola muy ilustrativa: "En pleno verano, un individuo vestido con un pesado sobretodo, está bañado de sudor. Pero en lugar de sacárselo (y así acabar o por lo menos aliviar el calor), compra un ventilador. Así, ¡el PNB prospera dos veces: con la venta del sobretodo y con la venta del ventilador!"
La inadecuación del PNB como expresión del desarrollo de una comunidad, puede ser mostrada a través de otro ejemplo: los gastos en salud, por constituir movimientos de dinero, son parte integrante de aquel, llegándose al absurdo de que, cuanto mayores fuesen estos gastos – y por lo tanto más enferma será la respectiva sociedad - ¡tanto más crecerá el PNB!
Aún queda pendiente el problema del desempleo. En efecto, el empleo debería ser la forma por la cual las personas cambian sus habilidades y conocimientos específicos por bienes y servicios que son necesarios para vivir en el seno de la sociedad.
Economistas lúcidos y no comprometidos con el sistema económico, tanto en Estados Unidos como en Francia, han concluido que el PNB puede ser reducido a la mitad en esos países, sin perjudicar las condiciones de vida de la población, a través de cortes importantes en las áreas de armamentos, programas espaciales, número abusivo de autos particulares, publicidad y burocracia. En el Tercer Mundo, prácticamente no tenemos programas espaciales; mientras tanto, se fabrican muchos productos superfluos, así como se usan técnicas gerenciales anacrónicas, que llevan a la producción de bienes y servicios de pésima calidad.
Es evidente que si de un día para el otro, fuesen cerradas millares de fábricas, agencias y empresas diversas, la economía podría volverse rápidamente caótica, ocasionando grandes perjuicios sociales. Pero lo que aquí se propone es otra cosa: ella tiene como base la idea fundamental, de la reformulación de la estructura productiva y no su estrangulamiento, por medio de una transformación gradual y planificada de aquellas empresas que no atiendan prioritariamente las necesidades reales de las personas, por otras que sí lo hagan.
Un ejemplo puede ser una fábrica de armas, que podrá transformarse en una industria de electrodomésticos, vehículos de transporte colectivo o mismo de maquinaria pesada. Otra, de productos superfluos podrá convertirse en una fábrica de alimentos y una tercera, fabricante de sustancias nocivas podrá ser transformada en un laboratorio de medicamentos.
Por lo tanto, queda claro que el camino aquí propuesto, no tiene como meta un "enfriamiento" de la economía y mucho menos, el desempleo. Lo que es necesaria es la reformulación completa de los recursos disponibles a ser aplicados en la producción de bienes y servicios, procurando una utilización ideal de los mismos, para que realmente redunden en beneficio del ecosistema social y no apenas de un grupo de grandes propietarios o accionistas.
Esta reformulación exigirá el uso pleno de las potencialidades humanas, las cuales a través de la maximización de la creatividad con orientación ética y social, podrán proporcionar respuestas y soluciones bien avanzadas, no solo del punto de vista tecnológico y económico, pero también – y sobretodo – humano. Esto será posible si la potencialidad interna de las personas fuese liberada, específicamente en lo que se refiere a los empleados.
Los grandes objetivos de los consumidores precisarían, entonces, ser de los siguientes tipos, a partir de su creciente autonomía:
  • Percibir que no son obligados a comprar todos los artículos que el sistema económico pretende que compren.
  • Concientizarse que tienen derecho a exigir lo que desean, (pues pagaron por eso) y no lo que el sistema desea imponer.
  • Comprender que los deseos humanos no deben ser orientados apenas por caprichos y subjetivismos inducidos subliminalmente y sí por su utilidad social (y personal).
  • Percibir racional y emocionalmente que nuestro espacio físico es finito, por lo tanto debemos protegerlo y conservar su productividad para generaciones futuras (sustentabilidad).
Este tipo de consumidor está en gestación; en poco tiempo estará suficientemente maduro para ejercitar sus exigencias. Y ¿qué exigencias son esas? Ellas son bastante simples: consumir solo bienes y servicios que atiendan nuestras necesidades realesprecios razonables, buen atendimiento; productos de buena calidad y que no causen daños ambientales; adecuada durabilidad.
¿Es tan difícil satisfacer estas exigencias, aún sabiendo que de su eficaz y honesta atención depende la sobrevivencia de las empresas y de la Humanidad?

Algunos comentarios finales sobre consumismo

A continuación son colocados algunos comentarios sobre consumismo, publicados en órganos de comunicación no académicos (diarios, revistas, internet). Por su simplicidad y falta de sofisticación, parecen bien comprensibles para todo público. Veamos:
  • "El "Financial Times" de Londres divulgó la lista de las diez marcas más reconocidas (Coca-Cola, Disney, Nike, BMW, Porsche, Mercedes-Benz, Adidas, Rolls-Royce, Calvin Klein y Rolex). Ellas constituyen la nueva religión. Las personas se vuelven para ellas en busca de sentido "..." Esto haria a un Descartes neoliberal proclamar: "Consumo, luego existo". Fuera del mercado no hay salvación, alertan los nuevos sacerdotes de la idolatría consumista".
"La apropiación religiosa es evidente en los "shoppings centers". Allí, todo evoca el paraíso: no hay mendigos, infanto-juveniles, pobreza o miseria. Con mirada devota, el consumidor contempla los venerables objetos de consumo, acariciados por bellas sacerdotisas. Quien puede pagar se siente en el cielo; quien recorre al cheque especial o a la tarjeta de crédito, está en el purgatorio; quien no dispone de recursos, en el infierno. En la salida, sin embargo, todos se hermanan en la mesa "eucarística" del Mc. Donald"s".
"El pecado original de esa nueva "religión" es que, al contrario de las tradicionales, no es altruista; es egoísta. No favorece la solidaridad y sí la competencia; no hace de la vida un don, y sí una pose. Y lo que es peor: ofrece el paraíso en la Tierra. De la "religión" de consumo no escapa ni el consumo de la propia religión. Mientras tanto "Él tiene hambre y no le dan de comer" (Mateo 15, 31-40) Frei Betto. Religião de Consumo. Belo Horizonte: Diário da Tarde, 04.04.01, p. 02.
  • Según investigación realizada por una ONG de Estados Unidos en 2004, se constató que 73% de los consumidores que tuvieron problemas con productos o servicios y recurrieron a los servicios de atendimiento al cliente, salieron aún mas frustrados que en el acto de la reclamación.
Para 51% que además de perjudicados se consideraron mal-atendidos al protestar, el rompimiento con la organización fue inmediato. De ellos 11% prometieron venganza y 3% entraron con acciones jurídicas.
"Esta crecimiento de insatisfacción ya aumentó cinco puntos porcentuales desde 2003 y es una pésima noticia para las empresas: Nada menos que 96% de los acometidos por la "ira del cliente" prometen utilizar todos los medios (desde la red de relaciones personales a todas las midias existentes) para propagar su furia. Solo 16% (un cliente en cada seis) declararon estar satisfechos con los servicios de atención al cliente". (Página de Invertía, internet. Maltratado por empresas, el consumidor de EEUU quiere venganza. Acceso en 11.03.05 en el Site: www.terra.com.br/invertia.
  • "El punto principal que quiero subrayar es que la cooperación hace parte del sistema tanto cuanto la competición, y el "slogan" acerca de la supervivencia del mas fuerte, tuerce ese hecho".
"La sociedad abierta global no sufre ninguna amenaza externa de alguna ideología totalitaria que esté procurando la supremacía mundial. La amenaza viene de adentro... es el propio capitalismo" (George Soros. Capitalista arrependido? Revista Exame, 26.02.97, p. 14).
  • "El otro día comencé a asistir la película "Los Monos. En el primer diálogo entre Bruce Willis y Brad Pitt, éste explica por qué las personas son colocadas en hospicios. De acuerdo con él, no es por el hecho de ser dementes y sí por no ser consumidores eficientes. Quien no se somete a las imposiciones de la mídia, solo puede ser loco".
"Ahora, sin intención de auto-ayuda, envío el consejo de mi madre: "Apaga la TV y va a leer un libro". Diario también sirve". (Vinícius Mauro, alumno de tercer año de la Universidad Católica di Minas Gerais. Estado de Minas. 02.03.04, p.12)
  • "Niños de 10 años ya están viciados en compras en Gran Bretaña, según el Consejo Nacional de Consumidores, que informan que a esa edad, los niños ya se transformaron en "shopaolics" (viciados en compras). Ese amor por las compras, continúa a aumentar en la adolescencia y es particularmente fuerte entre las mujeres jóvenes".
  • "La tecnología es irreversible y puede tener efectos favorables, como conseguir que el trabajo sea hecho en forma más rápida y eficiente. Pero puede ser un problema grane cuando las personas "tienen" que cambiar constantemente de aparatos. Por ejemplo, cuando las personas comienzan a aprender a operar los celulares que poseen, se ven tentadas por nuevos modelos. Y allá van ellas a gastar más dinero, porque éstos tienen más status"
"Es una comunicación perversa la introyección en las personas de la idea que no serán felices, sí no tienen determinado producto. (Maranhao Pinto, T. Renovação tecnológica ou consumo desnecessário. Revista Administração Profissional, San Pablo. Nov. 2004, p. 07)
  • "El chofer brasileño es bombardeado diariamente por una larga lista de productos innecesarios para su auto. Y muchos acaban engañados por propaganda falsa y sed de ganancia, de los fabricantes, comercios, concesionarias, talleres, etc". Algunos de esos "cuentos del tío" son:
  • "¿Vale la pena llenar los neumáticos con nitrógeno? (Sí, si su auto va correr en la Fórmula 1...)"
  • "Amortiguadores deben ser cambiados cada 30.000 Kilómetros (Ellos deben ser cambiados cuando ya no cumplan su función; si se anda por buenas calles de hormigón y sin exceso de peso, pueden durar más de 100.000km.)"
  • "El funcionario condenó mi extintor porque temía mas de un año. (El extintor solo debe ser cambiado cuando el puntero de carga entre en la faja roja)"
(Doze contos-do-vigário. Estado de Minas. Suplemento Vehículos. 10.10.02,)

Agresion al medioambiente y sustentabilidad

Los ecosistemas
Tamsley definió en 1935, ecosistema como un retículo de especies animales y vegetales en equilibrio (la biocenosis) interactuando entre sí, y con el medio ambiente no vivo (el biótopo).
Algunos ejemplos de ecosistemas son los mares, ríos, lagunas, praderas, desiertos, bosques y montañas. La formación de los mismos implica en un largo proceso evolutivo, involucrando tiempo considerable (por ejemplo, millares y millares de años), hasta conseguir una razonable adaptación de las especies vegetales y animales entre sí y con el medio ambiente. Una vez obtenido ese punto de equilibrio (que nunca es estático y sí dinámico), el proceso adquiere la característica de la auto-regulación, técnicamente conocida como homeostasis (equilibrio biológico).
Este equilibrio biológico de los ecosistemas es un asunto fascinante y en cierto modo, imposible de justificar por el enfoque científico tradicional, pues: ¿cómo será posible que seres desprovistos de inteligencia o con inteligencia rudimentaria (según aquel punto de vista) como las plantas y animales (incluyendo seres monocelulares), podrían ponerse de acuerdo para ajustar las condiciones y asegurar su sobrevivencia?
El enfoque holístico, percibe esta situación de un modo muy diferente, reconociendo que en cada ecosistema opera un par de fuerzas opuestas (pero complementarias): una tendencia integrativa que atiende el funcionamiento de aquel ecosistema como una Unidad, y otra, una tendencia auto-afirmativa que atiende a la preservación de cada grupo específico. Como ya fue dicho, estas tendencias son simultáneamente opuestas y complementarias; su equilibrio permite que el sistema global se mantenga viable.
En un sistema equilibrado, plantas y animales conviven en una combinación de competencia y mutua dependencia y cooperación. Realmente, cada especie tiene potencialidad suficiente para desarrollar un crecimiento exponencial, pero la tendencia "integrativa" restringe esta posibilidad a través de controles e interacciones. Pero si el sistema es perturbado por el ser humano en alguna dirección específica, el descontrol ocurre.
Entonces, algunas plantas se transforman en "malezas" y algunos animales en "plagas". Ciertas especies pueden ser hasta eliminadas. En estos casos, las tendencias auto-afirmativas prevalecen sobre las integrativas, de modo que el sistema se desequilibra.
Las investigaciones detalladas que han sido desarrolladas en los últimos años acerca de los ecosistemas, deja claro que la mayoría de las relaciones entre organismos vivos son cooperativas ("apoyo mutuo"). Aunque la competición ("lucha por la vida") exista, ella está contenida en un contexto más amplio, propio de la cooperación, de modo que el equilibrio (dinámico) es mantenido. Mismo hasta las relaciones más agresivas dentro del ecosistema tales como las de predador-presa, aunque destructivas para el individuo específico, contribuyen para el mantenimiento de un número adecuado de seres de la especie adecuada.
Estas descubiertas están en nítido contradicción con la visión (deformada) que los darwinistas sociales tienen acerca de la vida humana, percibiéndola apenas en términos de lucha, competición y destrucción del más débil. Lo más lamentable es que esta concepción relativa al medio ambiente natural, llevó a la creación de una filosofía que legitima la explotación, la desnutrición y los efectos desastrosos que nuestra moderna tecnología ejerce sobre aquel medio ambiente.
"Este comentario es esencial, pues como dice Capra (15): "La agresión excesiva, la competición y el comportamiento destructivo son aspectos predominantes apenas en la especie humana; ellos tienen que ser tratados en términos de valores culturales, en lugar de procurar "explicarlos" pseudo-científicamente, como fenómenos intrínsecamente naturales".
Extrapolando el concepto de ecosistema, la Tierra toda podría ser considerada como un Gran Ecosistema y como tal - según la interpretación de varios autores holísticos - serían, en la verdad, un ser vivo, apenas más complejo que los hoy reconocidos por la Ciencia (plantas, animales, hombre).
Específicamente, en el caso del Ecosistema Global (planeta Tierra), según Lovelock (16) se trata de un ser vivo, capaz - a través de una gigantesca red de procesos - de auto-regulación del medio planetario, de modo que se puedan mantener condiciones óptimas para el funcionamiento de la vida. Esta hipótesis lleva el nombre de Gaia, nombre de la diosa griega de la Tierra.
Algunos ejemplos de auto-regulación de la Tierra pueden ser presentados en lo que tiene que ver con: el contenido salino de los mares, la composición química de la atmósfera, la distribución de los vestigios de elementos minerales en los seres vivos, la constancia de la temperatura superficial de la Tierra. En este último caso, se sabe que el clima del planeta nunca fue totalmente desfavorable a la vida en los 4.000 millones de años, desde que ella surgió. Pero, también se sabe que, durante ese período, la radiación solar aumentó, por lo menos, 30%.
Por lo tanto, si la Tierra fuese apenas una gran esfera sólida, inanimada, la temperatura de su superficie acompañaría el aumento de energía solar. Si así fuere, y considerando la temperatura media actual, la Tierra habría sido, por lo menos durante 1.000 millones de años, una esfera completamente helada. Sin embargo, por lo que se sabe de Geología, esas condiciones nunca existieron. La única explicación satisfactoria sería la de que hubo una temperatura razonablemente constante durante aquel inmenso período, del mismo modo que el ser humano mantiene su temperatura interior, a despecho de la existente en el exterior, gracias a su capacidad de auto-regulación.
Ampliando el contexto de la hipótesis Gaia, se podría llegue a admitir el Sistema Solar como un Super-Gran - Ecosistema y así sucesivamente hasta el infinito Ecosistema Uno, Omniabarcante, al cual las religiones llaman de Dios.
Aquí llegamos a un punto crucial, si un Ecosistema (de cualquier nivel) es un ser vivo inteligente, él no tendrá apenas un cuerpo físico, debiendo existir seguramente una mente y probablemente una alma.
Por ejemplo, el planeta Tierra, reconocido por la hipótesis Gaia como un ser vivo, extremadamente auto-regulado, precisará de una inteligencia bien desarrollada, capaz de organizar aquel difícil proceso con tanta competencia, pues que esto sea obtenido a través del azar es inconcebible.
La mencionada inteligencia sería la responsable por lo que llamamos tendencia integrativa. O sea, la Tierra, como todos los cuerpos celestes serían seres vivos dotados de elevados atributos capaces de mantenerse en equilibrio dinámico durante millones de años, en cuyo transcurso el atributo inteligencia, en particular, brillaría con destaque especial.
Este raciocinio nos llevaría en forma evidente a una Inteligencia Suprema, creadora del Universo. Solo, que, a diferencia de las religionesel camino de su conocimiento no sería apenas la fé y sí la comprensión. Es a esto que Einstein (17) llama de "religiosidad cósmica". Este tema es fascinante, pero debemos volver ahora a nuestro estudio específico. Con todo, antes de hacerlo, queremos dejar una pregunta sustancial en abierto: ¿que decir de los ecosistemas comunes, por ejemplo un bosque, un río, una montaña o una pradera? ¿También serán ellos seres vivos, dotados de inteligencia, entre otras cosas? Los místicos orientales y algunos occidentales, responden que sí, proclamando la existencia de cadenas jerárquicas de energías subyacentes, que operan sobre la materia viva, dándole la forma y las características específicas, de acuerdo con las condiciones ambientales disponibles.
Principales tipos de agresión ambiental
Estos tipos están representados por las siguientes categorías básicas:
  • Contaminación
  • Explosión demográfica
  • Destrucción de tierras
  • Devastación de los recursos marinos.
Un detalle bastante completo puede ser consultado en Bonilla (18). Aquí solo comentaremos la primera categoría, a través de las siguientes modalidades:
Contaminación atmosférica
Según la Organización Mundial de la Salud, se entiende por contaminación atmosférica, "el tenor excesivo de sustancias extrañas a la atmósfera, pudiendo perjudicar el bienestar y la salud de las personas, así como causar perjuicios a bienes.
Los residuos en épocas pasadas, eran fundamentales orgánicos y por lo tanto, susceptibles de ser atacados por organismos descompositores (bacteriashongos, etc.), que la degradan en sustancias más simples como nitratos u otras sales, absorbibles por las raíces de las plantas. O sea, se trataba de sustancias llamadas técnicamente como degradables. Pero el rápido desarrollo industrial, creo una situación completamente nueva, a través del derrame en forma sólida, líquida y gaseosa de millares de productos químicos complejos, no atacables directamente por los descompositores, por lo que fueron llamadas de no-biodegradables. Su duración en el medio ambiente se mide, generalmente en decenas de años debido a lentos procesos de temperización y otros. (Un caso típico es el DDT que se ha espaciado hasta la Antártida, a pesar de haber sido prohibido hace más de 20 años).
Lo que no era importante hace una siglo, ahora representa un gran drama social, que se va agudizando con el avance de los años. Esto se debe a que la capacidad neutralizante, auto-reguladora de la Naturaleza está siendo aniquilada por una masa impresionante de detritos, originados en gran parte por el desperdicio inherente a nuestra sociedad de consumo, cuyos productos son, en general, no bio-degradables.
Los sistemas naturales desarrollan los llamadas ciclos de la Naturaleza, caracterizados por procesos extraordinariamente eficientes y limpios. En las plantas, por ejemplo, la velocidad de la creación de materia vegetal a través de la fotosíntesis se equilibra con la velocidad de descomposición y así el ecosistema se mantiene sin problemas durante un tiempo muy largo.
Los procesos industriales, en cambio, creados por el hombre, acaban fragmentando los ciclos naturales, cortándolos por la mitad y transformándolos en sistemas abiertos. En ellos es muy desarrollada la primera parte (fabricación de productos) y totalmente ignorada la segunda (que correspondería al reciclaje), dejada a cargo de la Naturaleza una enorme masa de residuos, que ya no puede asimilar.
Los principales poluentes atmosféricos son: Óxidos de carbono, compuestos sulfurosos, compuestos nitrogenados, partículas sólidas, aerosoles y halógenos (Fluor, Cloro, Bromo, Iodo).
El efecto invernáculo la disminución o ruptura de la capa de ozono, son reconocidas como las contaminaciones más importante actualmente.
b) Contaminación hídrica. Puede ser dividida en 2 categorías:
Contaminación de aguas dulces
Tiene tres fuentes principales: la industria, que elimina sustancias orgánicas e inorgánicas de diferente naturaleza, siendo las más agresivas las industrias químicas, de papel y celulosa, alimenticias y de metales primarios; la agricultura debido sobre todo a residuos de fertilizantes químicos y de agrotóxicos; y el uso doméstico que elimina materiais fecales y algunos productos químicos, como es el caso de los detergentes.
Es importante señalar que aquí no es solo importante la agresividad química. En efectos si residuos biodegradables (por ejemplo, agrícolas) son tirados a las corrientes de agua en forma excesiva, podrán agotar totalmente el oxígeno disuelto en el agua, lo que es muy perjudicial para gran número de organismos que viven en el agua, especialmente peces.
Fuera de la materia orgánica los más importantes contaminantes son: agrotóxicos (que serán discutidos en el ítem c), detergentes sintéticoscelulosa y metales pesados como cobrezincmercurio cadmio).
Contaminación de aguas oceánicas
Las aguas oceánicas tienen dos papeles muy importantes para el ser humano:
  • Fuente muy importante - aún expansible - de alimentos.
  • Contribución como Ecosistema Global regulador, a través de la fijación de una intensa actividad fotosintética, que fija inmensas cantidades de CO2.
Sin embargo, la interferencia humana ya llega a extremos calamitosos. Según el comandante Costeau, de 30 a 50% de la vida marina ya fue aniquilada, hasta 500m de profundidad.
Existen en alto mar, contaminantes de todo tipo, con destaque para los metales pesados (plomo, mercurio, etc)
Un problema especial relativo a la contaminación oceánica se debe al transporte de petróleo, tanto debido a inmensa cantidad de aguas residuales de lavaje como de accidentes.
== Contaminación del suelo y las plantas
Existe una vastísima literatura sobre el asunto (Por ejemplo, ver Bonilla, 19). La contaminación de las plantas y de los suelos es motivada por dos agentes básicos, oriundos de un modelo agropecuario donde prevalece la agroquímica, siendo ejercido con baja responsabilidad social. Ellos son: los agrotóxicos con los cuales se pretende, exclusivamente, combatir pestes y plagas (sin considerar aspectos ecológicos) y los fertilizantes químicos solubles, cuyo uso es dirigido para corregir deficiencias nutritivas de los suelos.
A pesar de que el objetivo declarado de los agrotóxicos es combatir las plagas, Paschoal (20), nos informa, a través de una amplia investigación, que en 20 años de agroquímica el número de las principales especies patógenas para las plantas pasó de 193 para unas 600, considerando las 40 especies vegetales más importante. ¡Este resultado (aparentemente absurdo); ¡mostró que aún consumiendo millones de toneladas de agrotóxicos, el número de plagas triplicó tres veces!
Con todo, el problema principal de los agrotóxicos es otro: su toxicidad, que puede ser aguda (y que causa serios daños y a veces la muerte a los trabajadores rurales que manipulan con ellos) o crónica (que nos envenena a todos por igual).
Algunos de esos agrotóxicos, muy populares en la década del 60 y del 70, denominados órgano-clorados fueron prohibidos en el mundo entero, a pesar de la maciza resistencia de sus fabricantes.
Por su parte, los fertilizantes químicos solubles producen algunos efectos deletéreos, debido tanto a la producción de sustancias asfixiantes, especialmente nitritos, como estímulo a crecimiento de plantas acuáticas como el aguapé, que acaban robando oxígeno para la fauna ictícola.
Contaminación alimenticia
Hay dos tipos básicos de contaminación alimenticia, una en alimentos industrializados, que reciben contaminantes agregados en la forma de aditivos, acidulantes, conservantes, estabilizados y toda la parafernalia relacionada. Pero dado lo reducido del espacio disponible, queremos comentar la contaminación de alimentos en estado natural, ya que hay un gran desconocimiento de sus efectos negativos, aún en los propios cursos de Agronomía.
Para mayor claridad, debe especificarse que consideramos "alimentos en estado natural", aquellos que, a pesar de recibir muchas sustancias químicas como los mencionados agrotóxicos y fertilizantes solubles, no tienen un proceso posterior de industrialización. Sería el caso de frutas, verduras, etc.
En el momento, no vamos a considerar los residuos tóxicos contenidos en esos alimentos, por que ese problema es de conocimiento público (a pesar de que ninguna medida es efectivamente adaptada). Queremos presentar aquí, un fenómeno menos conocido, denominado desnaturación. Él surge del tratamiento agroquímico al que son sometidos, lo que lleva a una alteración, a veces radical, de la composición natural de los productos.
El valor nutritivo de productos desnaturados puede ser muy bajo, ya que sus componentes químicos están desequilibrados, distanciados de aquel equilibrio natural. Esas plantas ingeridas por el hombre (y por los animales) transmiten a éstes, su falta de vitalidad, su susceptibilidad y su desequilibrio.
Los principales desequilibrios causados, comprobados por varias investigaciones científicas(*) son:
  • Reducción del tenor de materia seca (Fácilmente 20 a 30%, por lo que acabamos pagando agua al precio del producto agrícola).
  • Aumento considerable del tenor de nitratos (Hasta cuatro veces mayor que lo normal).
  • Reducción del tenor de aminoácidos esenciales (En grados diversos).
  • Disminución del tenor de glúcidos (Hasta tres veces).
  • Efectos variables sobre vitaminas y otros nutrientes (Los fertilizantes potásicos aumentan hasta 40 veces la relación de ese nutriente con magnesio y/o sodio).
  • Efectos negativos sobre sabor y conservación, estimulando el desperdicio.
En relación con esto, un eminente veterinario francés, Voisin (22) dice: "Modificaciones de tal modo profundas en la composición de nuestros alimentos (desnaturación) no pueden dejar de ejercer una acción nefasta, acentuada y continua sobre la salud humana".
e) Otros tipos de contaminación
Entre las más importantes se destacan:
  • Contaminación radioactiva. Es la más peligrosa de todas. ¡La basura radioactiva puede sobrevivir, si fuese de plutonio nada menos que 500.000 años!
  • Contaminación sonora. Se consideran como tal todos los fenómenos acústicos, sanitaria o socialmente nocivos. Las dos clases principales de contaminación sonora son oriundas del ruido industrial o del barullo urbano.
  • Contaminación psico-social. Es una consecuencia directa del deterioro de las condiciones de la existencia humana. Aquí se incluye analfabetismoalcoholismo, mortalidad infantil, enfermedades físicas y mentales debidas a la pobreza, agresividad, criminalidad, etc.

Los recursos disponibles para enfrentar la agresion ambiental

Recursos técnicos
Existe una variada gama de recursos técnicos para defender el medio ambiente de las contaminaciones de origen agropecuario, industrial y urbano. Sin embargo, la descripción de los mismos involucra conocimiento especializado, lo que escapa al enfoque de este libro. El lector interesado, puede consultar, entre otros autores a Monosowski (23) o Silva y Mara (24).
Recursos legales
Cada país posee sus mecanismos legales para proteger el medio ambiente. Lamentablemente, la mayoría de las veces la fiscalización es muy insuficiente, por lo que las buenas intenciones son derrotadas por el descaso, la falta de conciencia y por la gananciosidad.
Generalmente esos mecanismos legales incluyen algunos conceptos nuevos (de la década del 80) como RIMA y EIA.
RIMA (Relatorio de Impacto Ambiental) es hoy exigido para el licenciamiento de un gran número de actividades (carreteras, redes ferroviarias, aeropuertos, oleoductos, complejos industriales y agroindustriales, etc). Ya EIA (Evaluación de Impacto Ambiental) implica en diagnóstico ambiental (incluyendo los medios físico, biológico y socio-económico), el análisis de los impactos, etc.
A partir de la ECO-92, celebrada en Rio de Janeiro, fue iniciado el proceso de elaboración de normas ambientales, las llamadas ISO 14.000, que aunque no son exigencias legales, son muy importantes porque se están volviendo exigencia de los mercados importadores. En realidad esa norma, aunque voluntaria, pasa a ser un certificado de buena conducta ecológica, muy valorizado por las empresas. Para mas detalles, ver Reis (25).
La Constitución brasileña de 1988, es una de las primeras del mundo en incorporar varios dispositivos legales nuevos como: obligación de recuperar ambientes degradados, definición de áreas como patrimonio nacional (en el Brasil se incluyen varias, entre ellas la floresta amazónica), el criterio de protección ambiental extendido al interés social de la propiedad (lo que puede llevar a la desapropiación) etc.
Sin embargo, a esta abundancia de medios legales, se asocia su falta de cumplimiento por los órganos oficiales de fiscalización, generalmente desmantelados, sin recursos y sin personal técnico apropiado. Un ejemplo claro es la floresta amazónica, que en el papel es patrimonio nacional y en la realidad, cada vez mas devastada.
La palabra de pase, pasa a ser entonces: "Hacer funcionar la legislación ambiental". Para esto se precisa movilizar la sociedad en general y las personas en particular.

Las posibles respuestas de la comunidad organizada

Si bien tecnología y legislación son recursos importantes e indispensables, ellos son necesarios pero no suficientes. Para que las cosas funcionen, es fundamental la concientización de la opinión pública.
Movimientos ecológicos, "partidos verdes" y otras formas de manifestación comunitaria ya existen en el mundo entero. Y ciertos resultados positivos han sido obtenidos: industrias siderúrgicas y otras han sido obligadas a gastar muchos millones de dólares en equipos anticontaminantes; la industria automotriz se ha visto obligada a invertir pesado para controlar la emisión de contaminantes liberados por la quema de los combustibles, así como usar menos plomo. Las industrias de jabón han sido obligadas a producir nuevos detergentes con poco fosfato, etc.
En este contexto, algunas empresas importantes se han concientizado de la naturaleza del problema y de la fuerza cada vez más irresistible que subyace a la problemática ambiental. Otras, tal vez la mayoría, piensan que pueden escapar de la realidad de los nuevos tiempos y tentan (y en muchos casos consiguen) pasar la cuenta para la comunidad, a través de los costos sociales que ésta paga. Pero estamos en época de cambios y quien no es capaz de percibir esto, puede pagar su falta de visión con la desaparición pura y simple, debido a un proceso de negatividad y desgaste de imagen.
Las empresas están cada vez más visibles. La comunidad a exigir cada vez más, actitudes pro-ambientales por parte de ellas. Solo los gerentes alineados con la nueva realidad, podrán conducir sus organizaciones a un destino cierto y sólido. La responsabilidad social y ambiental de ellas será puesta a dura prueba en el transcurso del siglo XXI.
En el mundo problemático y turbulento de hoy, la comunidad suficientemente concientizada exigirá cambios de rumbos en muchas cosas. Una de ellas, parece clara a cualquier observador imparcial: la presión social para producir bienes realmente necesarios, de buena calidad, a precios razonables y que no agreden el medio ambiente, será cada vez más y más fuerte. Las empresas que perciban esto desde ahora, tendrán la ventaja de operar cuando aún hay tiempo.
La comunidad organizada tiene múltiples recursos para enfrentar a aquellas empresas que se nieguen a participar del emprendimiento social-ecológico. La credibilidad de ellas ya anda muy bajo a nivel de la opinión pública. En la realidad, el bien más precioso que una empresa posee no es su capital, sus instalaciones y equipos, ni su tecnología, y sí su imagen. Si ella es realmente buena, los otros problemas se pueden corregir; pero si ella es ruin, esta percepción debe ser corregida antes de que cualquier otra cosa; de lo contrario es mejor cambiar de ramo.
En este contexto, es claro que una comunidad bien organizada tiene un recurso poderosísimo para enfrentar los impactos ambientales negativos, provocados por determinadas empresas. Una vez individualizadas, ellas pueden ser objeto de boicot, a partir del mantenimiento del cual, la decadencia de la imagen se procesará rápidamente, obligándola a asumir sus responsabilidades ambientales. Si no reaccionaren con la velocidad suficiente, tendrán que cerrar sus puertas.
Otras medidas podrán ser tomadas por la comunidad organizada, existiendo aquí un amplio espacio para la creatividad. Una forma en que este asunto puede ser retomado es a través de grupos de discusión, emergentes de asociaciones humanas específicas.

El papel de la concientización individual

En el ítem anterior se vio que dentro de los recursos disponibles por la sociedad para enfrentar los impactos ambientales negativos, uno de fundamental importancia era la existencia de una comunidad organizada, sensible y concientizada, conocedora de sus deberes y sus derechos. Pero una comunidad no es un conjunto homogéneo de personas y sí un verdadero ecosistema, con individuos poseedores de las más diversas aptitudes, perspectivas e intereses.
En este contexto se percibe que la concientización se desarrolla gradualmente en el seno de esa sociedad, comenzando con unos pocos individuos (los pioneros), que actúan como núcleos de condensación. Después que estos alcanzan una masa crítica es que los ideales pregonados comienzan a difundirse por el cuerpo social. Si tuvieran una base sólida, ellos se arraigarán en la conciencia grupal de aquella comunidad, de donde emergerán, transformándose en acciones físicas, concretas, visibles y tangibles.
Por lo explicado anteriormente, si bien se percibe claramente que quien opera la conciencia es la comunidad, ésta necesita del estopín de algunas conciencias individuales para poder deflagrar el proceso respectivo. Por lo tanto, y en último análisis, el papel que juega la concientización individual es vital. Si bien, por un lado, ella aislada no es suficiente, por otro es imprescindible para catalizar acciones a nivel de la sociedad o comunidad tomada en conjunto.
Es deber, por lo tanto, de cada ciudadano, asumir como conciencia lúcida, vigilante y actuante en relación con los impactos ambientales. Pero para que esto sea eficiente será necesario tener una percepción global de la problemática involucrada, lo que requiere una visión holística.
Un concepto fundamental dentro de esa visión es considerar el ser humano como un ser integral, con sus componentes físico, mental y emocional, así como otro, de naturaleza superior, comúnmente llamado de espiritual. Estos componentes no pueden ser separados (como artificialmente se pretende hacer, sin suceso, desde que la metodología científica tomó cuenta de la sociedad humana).
La resultante de este raciocinio es que para comenzar a introducir los cambios que la sociedad necesita, el hombre debe mirar – antes de todo – para su propia naturaleza y después proyectarla exteriormente, procurando manifestarse en el mundo físico en busca de una vida sustentada por los valores humanos y no por las cuentas bancarias. De este modo comenzamos a comprender que somos parte de una Gran Unidad (cosa que los místicos orientales y occidentales sabían milenios antes de Cristo, y que la Ciencia actualmente más avanzada, la Física subatómica redescubrió en el siglo XX). Realmente somos unidades dentro de Unidades (o como dice Koestler, 26) somos "holones" dentro de "holones".
Tomando como punto de referencia de Unidad el planeta Tierra (que por su vez pertenece a una Unidad Mayor, el Sistema Solar y así sucesivamente hasta la última Unidad: Dios, Creador, Inteligencia Suprema etc), se percibe que en todas esas Unidades (incluyendo la Tierra) operan fuerzas que la Ciencia no considera, a no ser de forma metafórica o escapista.
Una de estas figuras misteriosas es "la Naturaleza". En efecto, se habla en los libros científicos que "la Naturaleza" hace, crece, desarrolla, regula, etc. Pero ¿quién es esa tal señora llamada Naturaleza?
Dá la impresión, leyendo algunos autores que ella es una fuerza ciega que tal vez escapó de la mítica caja de Pandora y que actuando al acaso durante millones de años creó (imaginen: ¡por simples azar!) todas las maravillas que existen sobre la faz de la Tierra. Y esta posición no es mantenida por científicos de segunda categoría apenas. El Premio Nobel de la Biología Monod dice: "El azar y únicamente el azar está en el origen de toda innovación, de toda creación en la biosfera"... "Nada justifica la suposición – o la esperanza – de que, a ese respecto, nuestra posición sea susceptible de revisión".
Ya desde la más remota antigüedad, el ser humano se ha acostumbrado a oír algunos "sabios" que proclaman que lo que ellos dicen es la verdad completa, definitiva e indiscutible, a pesar de que los auténticos sabios ya dijeron hace mucho tiempo que la "verdad" se vive, es una experiencia interna, ante la cual caducan todos los "portavoces", por mas ilustrados que sean.
Lo que interesa en este momento es que la Humanidad siempre desconfió de las explicaciones arregladas en los retirados aposentos clericales o, como ahora, en los pulcros gabinetes políticos, científicos y militares. Estas explicaciones están partidas al medio: o se privilegia la vida religiosa en detrimento de la vida física (aunque esta es cada vez más atendida, en perjuicio de la vida espiritual); o se privilegian los aspectos económicos y físico-químicos de la vida, en detrimento de los aspectos espirituales.
El ser humano está en procura de la síntesis, que el enfoque holístico le puede proporcionar. A través de éste puede ser aprovechada hasta la última gota, el conocimiento que la metodología científica es capaz de ofrecer a la Humanidad, pero junto con esta contribución – de valor inestimable – es necesario que ocurra una fecundación con los conocimientos milenarios que nos han legado los sabios, cuyo centro de actuación no era el mundo exterior y sí el ser interior.
Un casamiento de ese altísimo nivel ya fue hecho por los mayores genios científicos, como Böhr y Einstein. El lector interesado en más detalles, puede consultar Capra (27).
Hecho este rodeo para explicar mejor, volvemos al punto de origen: ¿Quién es la tal señora Naturaleza? Schwartz (28) responde: "La Naturaleza es un misterio a reverenciar, no un secreto a dominar".
El gran misterio de la Naturaleza es, indudablemente, cubierto por las limitaciones impuestas por la tridimensionalidad del mundo físico. La Ciencia ha descubierto la cuarta dimensión explicada a través de ecuaciones complicadísimas, pero en forma bien más simple puede ser entendida como una inmensa escala de frecuencias vibratorias, que van desde pocas vibraciones por segundo (tacto), pasa por el sonido, por las frecuencias electromagnéticas, por los rayos infrarrojos, por el espectro visible, por los rayos ultravioletas, rayos X, rayos gamma hasta él limite de los conocimientos científicos, representados por los rayos cósmicos, que vibran a velocidades inconcebibles (quintillones o septillones de veces por segundo).
Es claro que más allá de esas frecuencias conocidas, debe haber otros mas altas. Ellas son tan elevadas que son invisibles no solo a los sentidos físicos y sí de los aparatos mas sofisticados inventados por el hombre (Recordar que en 1900 el Presidente de la Real Academia de Ciencias del Reino Unido, Lord Kelvin declaró que los rayos X eran "una mistificación").
Estas energías, que vibran en frecuencias incomprensiblemente altas corresponden a aquello que subyace a lo físico, dándole vida y sentido. No hay ningún anacronismo ni superstición, afirmar que ellas son energías que pueden ser llamadas de espirituales.
Así, "la señora Naturaleza" puede ser entendida como un Gran Ser, cuyo cuerpo es el planeta Tierra, al cual cuida amorosamente a través de la regulación del equilibrio ecológico, que el hombre perturba cada vez mas seriamente. Ella opera a través de las energías subyacentes que existen en cada elemento vivo (y en ese sentido, las propias piedras lo son). Estas energías naturales son reales, siendo denominadas metafóricamente "Fuerzas de la Naturaleza", sin que ninguna rama de la Ciencia explique su significado.
Sin embargo, su significado – bien simplificado – es este: aquel Gran Ser, coordina una serie de jerarquías subordinadas, relativas a unidades cada vez menores, que en forma comparativa podemos llamar de ingenieros proyectistas, ingenieros de operación, jefes de obra, oficiales y operarios. Estas son las "Fuerzas de la Naturaleza" que operan según direcciones definidas y no al azar, como nos quiere hacer tragar el laureado Monod. Por otro lado, estas "fuerzas" eran conocidas, millares de años atrás por los místicos hindúes (entre otros) que les dieron el nombre de devas.
Cuando nuestra conciencia individual comprende, aunque sea muy parcialmente, el glorioso plan que está reflejado en el Universo todo y en particular en nuestro planeta, no es posible sino repetir con Einstein (17): "La religiosidad cósmica del sabio(*) consiste en extasiarse delante de la armonía de las leyes de la Naturaleza, revelando una inteligencia tan superior, que todos los pensamientos humanos y todo su ingenio no pueden desvendar, a no ser su nada irrisorio".
Aquí hay una respuesta terminante y contundente a los apologistas del azar, ofrecida por el mayor científico de la historia humana.

Desarrollo sustentable

Hoy una situación global de crisis ambiental en el planeta, caminando para un desenlace catastrófico si medidas rápidas no fueran adoptadas. En efecto, se han acumulado una serie de problemas, la mayoría de los cuales en lugar de reducir sus consecuencias negativas, tienden a aumentarlas. Los principales de ellos son:
  • Destrucción de recursos de suelos y aguas, conduciendo a acelerados procesos de desertificación.
  • Crecimiento exorbitante de las ciudades, varias de las cuales ya están alcanzando o superando los 20 millones de habitantes. Esto genera graves problemas ambientales, así como económicos, sociales y culturales.
  • Efecto estufa, induciendo previsibles cambios climáticos negativos, oriundos del desequilibrio energético global.
  • Ruptura de la camada de ozonio, reduciendo su poder protector.
  • Destrucción de bosques y extinción maciza de la biodiversidad.
  • Contaminación creciente de todos los tipos imaginables, sobretodo del aire, las aguas, los suelos y los alimentos, alterando procesos naturales globales y atacando directamente la salud humana.
  • El concepto de desarrollo sustentable representa un paradigma que tenta revertir aquella situación negativa. La idea básica involucrada en aquel concepto es que el uso de los recursos ambientales debe respetar el mantenimiento de los procesos vitales, en beneficio de las generaciones actuales y futuras, presuponiendo una distribución equitativa de las ganancias del crecimiento económico.
Esta conceptuación representa un gran avance, pero volvemos a insistir: está faltando algo; Y ese algo es de naturaleza emocional/espiritual; se trata de los valores. Si esto no es comprendido, acabarán prevaleciendo – nuevamente – los valores actualmente implícitos (poder, status, consumo, riqueza).
Lo que se precisa es explicitar los valores de la nueva sociedad, tales como coherencia, transparencia, cooperación y percepción holística. O sea, junto con todo tipo de medidas, políticas, económicos, sociales, ambientales, científicas y ecológicas – que deberán, sin duda, ser tomadas – se debe reservar un espacio especial para un gran trabajo educativo, tendiente a explicitar los valores esenciales de la vida humana.
Solo a partir de aquel, debidamente consolidado es que se podrá formalizar un sólido cimiento para que el desarrollo sustentable deje de ser un sueño y se transforme en realidad tangible.
Algunos lectores pueden pensar que lo anteriormente expuesto es un exceso de lirismo, pero veamos lo que dice el Informe Brundtland, 31(*), cuando afirma que el desarrollo sustentable tiene dos conceptos-clave:ç :
a) Concepto de necesidad, sobre todo de las necesidades esenciales de los pobres del mundo, que deben recibir la máxima prioridad.
b) La noción de las limitaciones que el estado actual de la tecnología y de la organización social impone al medio ambiente, impidiéndole de atender las necesidades presentes y futuras. El Informe Brundtland agrega: "Solo se puede tener seguridad de la sustentabilidad física de desarrollo si consideramos la posibilidad de cambios en lo relativo al acceso a los recursos y a la distribución de costos y beneficios. Mismo en la noción más estrecha de sustentabilidad física, está implícita una preocupación con la equidad social entre generaciones, que debe - evidentemente - ser extensiva a la equidad en cada generación".
Como se puede percibir, aparece una nueva y luminosa palabra como la clave del desarrollo sustentado, y ella es: equidad. Pero equidad no existe como valor (implícito o explícito) en nuestra sociedad individualista y egoísta. Por lo tanto la reformulación de los valores humanos, ahora sí explícitos, incluyendo entre ellos el de equidad, pasa a ser una necesidad imperiosa y un componente imprescindible de cualquier proceso de desarrollo sustentable.
El Informe agrega que "para estar en camino del desarrollo sustentable se debe llegar a un crecimiento mínimo anual de 3% de renta nacional per cápita y adoptar políticas firmes de redistribución.
En relación con esta redistribución es imposible no concordar. ¿Pero que caminos utilizar llegar hasta allá? Nuevamente llegamos a un punto clave: La educación holística, capaz de reformular explícitamente los valores prioritarios de la sociedad humana, los que deberán ser impartidos en la población a través de las formas más variadas y creativas, con énfasis para sudifusión, a través de los medios de comunicación.
El Informe Brundtland también define siete requisitos, que revisten el carácter de objetivos que deben inspirar las acciones nacionales e internacionales para el desarrollo sustentable. Esos requisitos involucran cambios en los sistemas político, económico, social, productivo, tecnológico, internacional e administrativo.
Estos siete objetivos son perfectamente válidos, pero ellos son como la estructura visible de un edificio, constituyendo una visión cartesiana muy avanzada y sofisticada del problema. Pero todo edificio tiene una parte invisible: sus cimientos. En los fenómenos vitales de un ser individual o de una comunidad tomada como conjunto, ocurre la misma cosa: cierto número de hechos y relaciones se manifiestan en forma perceptible a simple vista o con un pequeño esfuerzo de raciocinio y comprensión. Pero por debajo de estos hechos y estas relaciones existen fuerzas subyacentes que son las que proporcionan la forma, la dirección y la oportunidad de aquellas manifestaciones.
Lo que queremos decir es que para que los siete objetivos o siete sistemas puedan funcionar adecuadamente, tanto considerados individualmente como integrados en una unidad esencial, se precisa de una energía subyacente que le dé equilibrio, transparencia e identidad de propósitos. Este octavo objetivo, base de todos los otros, está representado por la explicitación de una nueva escala de valores humanos, apoyada en una visión holística (Por mas detalles, ver cap. 8). Esta nueva escala de valores precisa ser absorbida gradualmente por las personas jóvenes y adultas, y deberá representar la bandera de las nuevas generaciones, antes que la codicia de algunos y el derroche de otros, amenace en forma irreversible los recursos naturales del planeta.
O sea, hasta que la mente humana no comience a procesar el deslocamiento del dogma prevaleciente: "lucros, ganancias, dinero" para una visión holística del ser humano, como ser integral (cuerpo, mente, corazón y alma), el desarrollo sustentable tendrá apenas algunos avances, insuficientes para alcanzar en el plazo adecuado (que ya se está agotando) los cambios necesarios.
El desarrollo, equivocadamente, siempre fue considerado desde el ángulo económico, cuando él es, sobretodo, sociológico y humano, pues el factor primordial de todo desarrollo económico es el desarrollo del propio hombre. En efecto, el desarrollo es primeramente un proceso interior: comienza por una actividad del espíritu humano. El suceso de un proyecto de desarrollo debe ser evaluado, básicamente, a través del nivel de concientización y responsabilidad al que se elevan las personas en cuyo beneficio fue dirigido. El Informe Brundtland 29), llega a la nada optimista conclusión de que "difícilmente se llegará a una casi duplicación del consumo global de energía primaria sin tener que enfrentar serios problemas económicos, sociales y ambientales". La esperanza de sus autores está en el "desarrollo y oferta de equipos de elevado rendimiento y que ahorren energía".
Estos puntos de vista, oriundos de los miembros de la Comisión Brundtland, sin duda mentes lúcidas y hasta brillantes, sumamente preocupadas por el estado del medio ambiente mundial, quedaron presos dentro de la visión cartesiana prevaleciente, no percibiendo que lo que debe ser cambiado es el modelo energético (Esto dentro del cambio mayor que involucra la sociedad entera).
Este nuevo modelo energético debería estar estructurado a partir de una pregunta muy simple: ¿cómo para qué gastamos energía?
Un punto inicial, muy objetivo y concreto, podría ser crear tarifas diferenciadas de energía según su uso (por ejemplo: producción de alimentos, más barata; de electrodomésticos básicos, intermedia; productos superfluos, tarifas bien mas altas.
Otra medida sería sustituir tecnologías derrochadoras de energía (por ejemplo la agricultura química), por tecnologías ahorrativas (por ejemplo agricultura ecológica). Esto precisaría una discusión seria y profunda sobre tecnologías socialmente apropiadas, las que prácticamente no son abordadas en el Informe Brundtland.
Como dice Lindblom (30) de la Federación Internacional de Estudios Avanzados (Oslo, Noruega) "los problemas de hoy no vienen con una etiqueta: Energía, economía, CO2 o demografía, un país o una región". Ellos son multidisciplinarios, transnacionales y globales. Ellos no son, básicamente, científicos o tecnológicos. En la ciencia tenemos el conocimiento; él la tecnología, los instrumentos. Pero los problemas son básicamente políticos, económicos y culturales.
Esto significa que los problemas, por su naturaleza global, ya no pueden más ser abordados apenas con un enfoque cartesiano, linear, analítico y exclusivamente racional, que privilegia las partes y minimiza el Todo. Por lo tanto, el enfoque realista de la problemática mundial solo podrá ser trabajado a través del paradigma holístico, donde el edificio entero (el Todo) es considerado en primer lugar. Solo después, no solo sus partes constitutivas (para trabajar las cuales el enfoque cartesiano se muestra insuperable) y sí y sobre todo, las interacciones entre aquellas, deberán ser llevadas en cuenta.
En este marco referencial, la comprensión de lo que es el ser humano, cual es su verdadero papel en este planeta, que tipo de efectos su comportamiento ha producido hasta ahora como deberemos trabajar para cambiarlo (sí es que queremos modificar aquellos efectos, pasan a ser asuntos de interés prioritario y fundamental).
Precisamente, estos asuntos son los cimientos para cualquier sociedad futura que sea deseable crear. Es en este punto que el Informe Brundtland deja a desear y que, en gran parte, justifica la elaboración de este libro, donde mezclamos - creemos que en dosis adecuadas - todos los componentes del ser humano: cuerpo, mente, corazón y alma.
Cuando estamos escribiendo este Capítulo, surge una noticia importante (se trata del Cuarto Encuentro de los Pueblos del Cerrado(*)) e impactante: En apenas cuatro décadas, casi 70% del bioma ya fue devastado y de permanecer ese ritmo, la vegetación típica de la región podrá desaparecer antes de 2030. La protección del "cerrado" y otros ecosistemas es urgente si queremos practicar el desarrollo sustentable. Es por eso que precisamos "cambios de verdad". ¡Y es ahora o nunca!"
Crisis y cambios
La crisis y la oportunidad de cambios
La crisis actual se presenta completamente diferente a las otras que el ser humano enfrentó a lo largo de su historia, que eran más específicas y localizadas. Hoy, la crisis es multilocalizada (involucra todos los países, especialmente los subdesarrollados), multidimensional (incluye aspectos materiales, emocionales, intelectuales, éticos y espirituales) y multifacetada (se refiere tanto a salud, a medio ambiente y al modo de vida, como a la economía, la tecnología, la religión, la política, la educación, etc, etc).
Como consecuencia de toda esa problemática cayendo sobre nuestras cabezas, nos encontramos hoy abordando el problema más insólito que el hombre podría crear: su propia auto-extinción.
Políticos, asesores, consultores, especialistas y profesores se atropellan para diagnosticar lo que precisa ser hecho: ¿Crear empleos?. ¿Crear nuevas fuentes de energía?. ¿Abrir o cerrar el mercado al capital extranjero?. ¿Pagar la deuda externa o aplicar esos recursos al desarrollo?. ¿Confiscar el ahorro nacional?
Lo que más asusta a la población en general es que los propios especialistas parecen haber perdido el rumbo. Experimentados economistas, doctorados en las mejores universidades europeas o americanas, no encuentran el remedio adecuado para pasar las mejoras en la macroeconomía para las microeconomías de los ciudadanos. Ya los agrónomos consiguen elevar la productividad de las cosechas, pero el hambre aumenta. (¿Qué es lo que se planta?, ¿Para quién se planta?). Por otro lado, la policía está impotente frente a la criminalidad; médicos luchan hace decenas de años contra el cáncer, pero la causa de esa enfermedad se les escapa entre los dedos y... etc, etc.
Capra (27) nos cuenta que antiguamente los presidentes norteamericanos acostumbraban recurrir a los profesores universitarios para que los asesorasen en todo de tipo de problemas, siendo que esa élite intelectual era reconocida por su alto concepto básico, independiente del campo de su especialidad. Eso ya no ocurre. Hace 25 años, el Washington Post afirmó: "El armario de las ideas está vacío". Por otro lado, el profesor Luce declaró estar renunciando a su Cátedra porque "Ya no tengo nada para decir. Pienso que nadie tiene. Cuando un problema se hace extraordinariamente difícil, perdemos interés en resolverlo".
Creemos que el profesor Luce tiene razón. El paradigma cartesiano, reduccionista y mecanicista, heredado de los tiempos de Descartes y Galileu (siglo XVII), agotó sus recursos y se debe rendir frente a la dimensión gigantesca de los problemas a resolver, que se fueron acumulando, porque el enfoque se concentraba en las partes e ignoraba el conjunto, el Todo.
Sin embargo, en el auge de esta crisis generalizada, ya está surgiendo la oportunidad de cambios, a partir del enfoque holístico y transdisciplinario.
La diferencia fundamental que existe entre el enfoque tradicional (cartesiano) y el nuevo (holístico), puede ser comprendida con un ejemplo simple. Supongamos que un cierto problema de salud se manifieste en el hígado de una persona. En el enfoque convencional, el individuo y su ambiente son inmediatamente olvidados. El especialista limita su foco al hígado y éste pasa a ser su universo: él puede hasta ganar el Premio Nobel por "curar" aquel mal específico.
Con todo, es necesario resaltar que el enfermo no era un hígado y sí una persona, cuya enfermedad se manifestó en aquel órgano (tal vez porque fuese el punto débil de su organismo). En realidad, como el problema básico no fué tratado y sí apenas su síntoma; aquel, en verdad, continúa subyacente. Como el hígado fue fortalecido es poco probable que se manifieste nuevamente en él; pero como el organismo todo no fue involucrado, el problema se podrá presentar en otro órgano (riñón, estómago, corazón, etc).
Como un nuevo especialista será consultado para atender la "nueva" enfermedad (que no es otra cosa que un rebrote de la antigua), no será hecha una correlación entre causa (problema no tratado) y manifestación (síntomas).
El enfoque holístico, por su vez, resuelve primero el síntoma sí, pero inmediatamente procura la naturaleza, la esencia del mal, para que, así detectada no cause manifestaciones nefastas en cualquier otro órgano.
Este ejemplo sirve para ilustrar perfectamente el problema básico: "el armario de ideas está vacío", pues generalmente se insiste con ideas que tienen fundamentos obsoletos, anticuados. Tal vez esas ideas hayan sido buenas en otras épocas, más simples, menos dinámicas. Pero en nuestra moderna e compleja sociedad, el enfoque convencional solo sirve para desplazar las dificultades para otro lugar y no para resolverlas efectivamente.
Un enfoque nuevo es por lo tanto imprescindible y él exige cambios en la estructura íntima de nuestra forma de ver el mundo, lo que implica en cambios radicales en nuestros valoresnuestras ideas y finalmente en nuestras propias instituciones sociales.
No se trata apenas de insertarse en la lucha por una mayor justicia social. Esto es necesario, pero no es suficiente, porque esa pretendida justicia social nunca será transformada en realidad si no hacemos la Revolución que falta y la que verdaderamente resuelve: la Revolución de las conciencias humanas, comenzando cada uno por la suya.
La crisis entonces puede ser útil, pues ella se torna una oportunidad de cambio, de transformación. Los chinos, por ejemplo, conciben la crisis de una manera mas profunda que los occidentales. Para nosotros, crisis siempre es una palabra ruin: amenazas o peligros que deseamos evitar y cuyas consecuencias podrán sé nefastas. Los chinos comienzan por usar dos ideogramas en lugar de una única palabra (aquí vuelve el concepto de opuestos complementarios). Ellos son wei ji. El primero, significa peligro, pero el segundo, oportunidad.
De este modo, la crisis (ahora wei-ji) tiene un significado doble: una situación peligrosa que, por su vez, genera una oportunidad de cambio, que nos puede llevar a la solución de la crisis.
Y esa oportunidad de cambio ya está impregnando la Humanidad. La mayoría no lo percibe aún. Sin embargo hay una minoría que la siente y opera conscientemente con ella. Por ejemplo, Roszak en el Simposio Mundial sobre la Humanidad declaró que: "en nuestra época está siendo escrito un manuscrito secreto". Ya William Tyler, físico del Instituto Stanford afirma que "el movimiento sin nombre alcanzó un estado de masa crítica y no puede ser interrumpido". Por su vez Teilhard de Chardin (31) dice que "el futuro está en las manos de aquellos que pueden ofrecer a las generaciones futuras, razones válidas de vida y esperanza".
Para clarificar mejor la situación, debe entenderse que cuando hablamos de cambio, se trata del cambio del modo de pensar, sentir y actúa prevaleciente. Los seres humanos correspondientes a una amplia región y a una época determinada, tienen su manera definida de configurar pensamientos, sentimientos, percepciones y valores; como consecuencia, también poseen su modo particular de actuar. Todo eso constituye una determinada visión de la realidad, inherente a esa comunidad, la cual recibe el nombre de paradigma. En ese sentido, las sociedades humanas se han dividido en dos grandes categorías: las que son tolerantes con los paradigmas de las otras y las que son intolerantes, creyendo que su modelo es el único válido - para toda la eternidad - y que los otros son apenas superstición y atraso.
Dentro de los intolerantes, se destacan los pueblos mal denominados de cristianos. Entre ellos, se encuentran nuestros ancestrales, que arrasaron primorosas culturas en nombre de un Dios que solo reconocían oralmente, así como en nombre del Maestro al cual negaron, no tres veces como Pedro, y sí, millares y millares de veces.
Hace unos 350 años, Occidente sustituyó el paradigma religioso medieval por el paradigma cartesiano, hoy asociado a la alta tecnología industrial y gerencial, especialmente mercadológica.
Los cimientos ideológicos de este paradigma son:
  • El método científico es el único abordaje válido de conocimiento.
  • El Universo es una gran máquina, compuesta por unidades materiales básicas (piezas). Lo mismo ocurre con sus partes, que incluyen todos los seres vivos.
  • La vida social es una lucha por la existencia. La competitividad en todos los niveles es lo que asegura el mantenimiento de la misma y su progreso.
  • El progreso material es ilimitado; depende apenas apenas del conocimiento científico y de su aplicación al crecimiento económico.
Con todo, estos cimientos ya muestran fisuras. A pesar de que los centros académicos - que deberían ser los fermentos del cambio de paradigma - estar, en su inmensa mayoría, adheridos al modelo convencional (cartesiano), las fuerzas vivas que operan en el seno de la sociedad contemporánea, ya presentan síntomas de desconfianza en aquellas catedrales del saber.
Pensadores y científicos de renombre como, por ejemplo, los investigadores del Club de Roma (32) - de variadas nacionalidades - afirman: "El ser humano precisa tomar su destino en sus propias manos, en vez de dejarse arrastrar por los acontecimientos. Para eso es preciso abandonar la confianza ciega en los centros de poder computadorizados de la política, la economía y la ciencia y restablecer la fé en la capacidad del ser humano".
El hecho es que las estructuras organizacionales que disponemos son obsoletas; otras nuevas precisan ser creadas para que podamos hacer frente a los cambios que se avecinan. De cualquier modo, ya en 1976, cuatro millones de personas en los EEUU habían abandonado - por lo menos parcialmente - los "sagrados" ideales del modo de vida americano (el famoso "american way life") y comenzaban a concentrarse en tres objetivos básicos: frugalidad en el consumo, respeto y armonización con la Naturaleza; desarrollo espiritual.
¿Será esto apenas lirismo de intelectualoides?

Los cambios en la sociedad y en el individuo

Hay un libro excelente que toda persona interesada en el tema cambio, no puede dejar de leer. Se trata de "Conspiración Acuariana", escrito por Ferguson (33).
La palabra "conspiración" corresponde etimológicamente al concepto de "respirar junto" y "acuariana" al signo zodiacal que influenciará la Tierra en los próximos años. Dejando de lado posibles abordajes astrológicos, es interesante observar hechos de naturaleza astronómica. Por ejemplo, debemos recordar que los cristianos primitivos dejaron grabados en las catacumbas donde se refugiaban, un símbolo que correspondía al signo de Piscis; un poco antes el Maestro era representado por el símbolo del cordero, Aries y milenios atrás, en la época del esplendor egipcio, las masas incultas adoraban el Buey Apis, que para los informados sacerdotes, correspondía al signo de Tauro.
De esta forma, "conspiración acuariana" significaría un modo metafórico de designar una nueva mentalidad que esta eclosionando actualmente en la Humanidad. Se trata de una "conspiración" exenta de doctrina política o religiosa, que poco a poco va estructurando una poderosa red sin liderazgo centralizado. Esta "conspiración" representa una efervescencia espontánea, como si fuese el vapor de una caldera empujando cualquier obstáculo que encuentre a su frente, llevando irreversiblemente, a un cambio radical de la vida humana.
El hecho real es que la conciencia humana está dejando su estado infantil y comienza a madurar. Estos cambios que se están incubando y procesando en el centro del ser humano son inquietantes para aquellos que están hundidos en el status - quo y que sacan alguna ventaja de él, sean empresarios, políticos, científicos o simples ciudadanos.
En general, todas las personas que por comodísimo o beneficio individual se adaptaron a las viejas ideas están ligadas emocionalmente a ellas, y están dispuestas a resistir los cambios, porque tienen miedo de sus consecuencias. Parapetados en las organizaciones públicas y privadas, en los medios de comunicación, en los gobiernos y en el sistema educativo, una legión de individuos con poder, status y recursos económicos, así como otros motivados apenas por una fuerte ignorancia, tentan frenar, dificultar, torcer, desviar y quebrar la corriente que está surgiendo de la propia evolución de la conciencia humana.
Existe el poder de trillones de dólares, existe la manipulación de la opinión pública y existe la solidez de las catedrales cartesianas de la ciencia levantando una muralla para impedir la nueva onda, la onda de la concientización humana.
Mientras tanto, cuando la nueva onda llegue a transformarse en una masa crítica (y debe faltar bien poco para esto), ella se transformará en una avalancha que derrumbará como si fuese un castillo de cartas, todas las barreras que la plutocracia, aliada a los detentores de los conocimientos técnicos y científicos puedan oponer.
De esta forma, nuevas empresas, nuevas organizaciones socialesuna nueva ciencia y un nuevo hombre energirán como resultado del cambio de paradigma, o sea de un modo propio de pensar, sentir y actuar, diferente del que prevalece actualmente.

El ser humano, a través de los tiempos, ha atravesado varias fases de cambio. Entre tanto, ellas han sido muy lentas y por eso han pasado desapercibidas como tales por él. Pero hoy el proceso es cada vez más acelerado y esto nos lleva a una situación totalmente nueva: estamos comprendiendo como ocurre la transformación. Es como si estuviéramos percibiendo una película sobre los cambios, y a partir de ella quedamos aptos para desarrollar acciones con la intención específica de alinearnos con la dirección de cambio, lo que implicará en modificaciones sustanciales de nuestro paradigma de vida y de las organizaciones que precisamos re-crear para permitir su florecimiento.
La década del 60, con los movimientos hippies; con la efervescencia estudiantil alcanzando su punto más alto en Francia en 1968; con la figura heroica del Ché Guevara, fué una década que mostró que alguna cosa nueva había comenzado. El poder mundial retrógrado destrozó aquella peligrosa vertiente subversiva, siendo que en América Latina fue a sangre y fuego. Pero esto es apenas una parte de la historia, la visible.
La parte invisible - siempre la más importante - está representada por el cambio de percepción de los propios activistas sociales. Véase lo que uno de ellos - Irving Thomas - declaró a ese respecto: "Una cosa interesante ocurrió en la marcha de la revolución (estudiantil). Allá estábamos, batiendo en el pecho por un cambio social, cuando comenzamos a percibir lentamente, que nuestra lucha social y política era apenas un aspecto limitado de una revolución global de conciencia, tan grande, que había sido difícil enfocarla dentro de nuestra realidad".(*)
O sea, ocurrió un fenómeno imprevisto en el activismo de los años 60; El deterioro de la combinación lucrativista - cartesiana, que domina el mundo, mostró señales claras de estar bien avanzado, tal la profundidad y la fuerza que los movimientos sociales alcanzaron a tener en la época.
Sin embargo, cuando los líderes activistas llegaron al borde de lo que se podría denominar "parar el mundo" sintieron una especie de horror al vacío. Uno de ellos, Michel Rossman expresó esto así: "comenzamos a experimentar el miedo de una opción y de un cambio real... Se tenía la sensación de que la superficie de la realidad había, de alguna forma, desaparecido completamente. Nada era más aquello que parecía antes".
El confronto con el status - quo se volvía cada vez menos atrayente, pues él en verdad era apenas un reflejo del modo de pensar, sentir y actuar de los seres humanos. Esto podría ser así resumido: en lugar de ver el enemigo apenas en el poder político y económico, él fue localizado en un lugar sorprendente: ¡nosotros mismos!
Así es que la revolución se hizo invisible, siendo inaccesible a los diarios y a las cámaras de televisión¡Ella se está procesando dentro de cada uno de nosotros!
El Director de Investigaciones Políticas de la Universidad de Stanford, Willis Harman, opina que sí el materialismo marxista había sido la base filosófica de la "Vieja Izquierda", era bien probable que un enfoque espiritual holístico represente el mismo papel para un nuevo activismo. En ese enfoque, ideas fundamentales son: interligación invisible de los seres vivos entre sí y con el Universo; existencia de dimensiones que trascienden el tiempo y el espacio; significado holístico de la vida humana, como individuo (parte) y como fragmento de algo mayor (el Todo); existencia de un mundo cósmico de elevadas energías; potencialidad inherente al ser humano de alcanzar niveles cada vez más sutiles y elevados de comprensión y evolución, apenas dependientes de su próprio esfuerzo.
En resumen: por un lado, durante casi 40 años, la onda preliminar de los años 60 quedó detenida, debido a la resistencia de las barreras que enfrentó y por otro, por la propia evolución de la onda que, inicialmente dirigida para cambios sociales externos, pasó a encapsularse cuando percibió que esto, siendo necesario, no que era suficiente. Por lo tanto, la fase actual tal vez se extienda por cinco a diez años más, hasta tener una nueva manifestación organizada que lleve a una segunda onda activa, implica en comenzar a reformular el interior de cada uno, hasta alcanzar un nivel mínimo, en el cual los conceptos de transparenciacoherenciacooperación armonía sean reconocidos como los nuevos orientadores del comportamiento humano.
Si ese raciocinio es considerado válido, el problema de los cambios, dejará de ser tratado en una secuencia cartesiana para pasar a ser visto como un círculo holístico, donde todos los puntos están correlacionados y son interdependientes: cambios sociales externos deben estar apoyados en cambios internos. Paralelamente, los cambios internos para mantearse dinámicos, vivificados y activos precisan manifestarse externamente. A un avance de unos, corresponderá un avance del otro, y así indefinidamente.
En verdad, los cambios pueden ser de varias categorías, unos superficiales (ver Ferguson, 35, que las clasifica en excluyentes, incrementales y pendulares) y otras profundas: cambios de paradigma.
En los cambios superficiales no hay transformación; en los paradigmáticos sí. En particular, el paradigma que hoy emerge, el holístico, desarrolla una armonización de conceptos, a través de una síntesis poderosa y bien organizada, de modo que ella se presenta bajo la forma de una nueva estructura, donde la oposición anterior es absorbida a través de una interacción a un nivel mas elevado.
Hay algo radicalmente nuevo en este cambio de paradigma. La novedad consiste en que las opiniones, puntos de vista, teorías y "verdades" son percibidas ahora, apenas como partes de un cuadro completo, un inmenso rompe-cabezas de cual se distinguen cada vez mas fragmentos, viéndolos con mayor nitidez, de modo a tener una comprensión mejor de lo que sea la figura completa, sin que podamos dominar todos sus detalles, simultáneamente.
Lo interesante de esto es que el cambio de percepción pasa a ser aceptado, no apenas como algo normal y sí como algo imprescindible, ya que cuanto más conocemos del rompe-cabezas mejor lo comprendemos. Y más aún: él es dinámico, por lo tanto el cambio es su esencia. Como consecuencia, los cambios pasan a ser así, amigos y no más, enemigos.
Para dejar estas ideas mas claras, debemos agregar que en el momento estamos profundizando un aspecto de la vida: los cambios, porque ahora es necesario zambullir en ellos. Pero si mantenemos una visión holística, acerca del asunto, es evidente que los cambios precisan un opuesto complementar. Y ese opuesto está representado por principios cósmicos que los Maestros espirituales legaron a la Humanidad, en la forma de valores. La explicitación de los valores auténticos es una tarea tan importante como los cambios. Sin ellos, la avalancha irresistible de los cambios, ya mencionada, puede ser retorcida y con esto llevar a la Humanidad para el desastre final.
Hoy los valores (implícitos) son negativos: gananciosidad, prepotencia, egoísmo, agresividad, etc. Precisamos con urgencia orientar los cambios en gestación para valores explícitos positivos, representados por todo lo mejor que existe dentro del corazón humano. Para que esto se concrete en la realidad tangible, deberá desarrollarse una expansión considerable del mental superior, de la afectividad y de la espiritualidad humana. Es urgente y prioritario abordar este asunto (Ver Capítulo 4).

El reflejo de los cambios sociales en el individuo

Desde hace aproximadamente 350 años, y a partir de la clave simbólica "Pienso, luego existo", gran parte de la Humanidad, especialmente occidental, comenzó a trillar un largo y contradictorio camino, bautizado con el nombre de paradigma cartesiano. Por un lado, la producción de bienes aumentó (especialmente en los últimos 50 años, a una velocidad increíble en términos de cantidad, diversidad y sofisticación); por otro, la promesa de un mundo mejor y mayor progreso, fue cumplido en forma muy fragmentaria. Ese mundo es mejor apenas materialmente, alcanzando una faja de población mundial bastante restricta en conocimiento científico y aplicación tecnológica, oriundos de aquel paradigma.
Paralelamente, ayudó a aumentar el foso existente entre los países pobres y los países ricos. Y aún dentro de cada país, la riqueza material se concentró, de modo que los pobres son cada vez más pobres, y los ricos cada vez más ricos. ¿Hay alguna falla básica en el paradigma cartesiano que podría ser identificada como la causa principal de este desvío imprevisto? Esta falla puede ser identificada como su orientación básica, centrada en un raciocinio lineal, analítico, secuencial, de relaciones causa-efecto inmediatas. Él entroniza el aspecto mental y descuida los afectivos y espirituales, propios del ser humano. Siendo así, fueron privilegiadas las partes (y realmente resultados espectaculares fueron obtenidos en esa dirección: creación de supercomputadores, viajes a la Luna, transplantes de corazón, poderosísimas bombas atómicas, etc), pero se perdió la visión del conjunto, del Todo.
Esta incapacidad de ver el Todo, llevó a un énfasis en la formación de especialistas de visión cortísima, centrada en una percepción mecanista del mundo y de la vida, abordando en forma reduccionista los problemas y fenómenos naturales. Los sentimientos y la vida espiritual fueron aprisionados dentro de barreras monolíticas y el ser humano acabó transformándose, en gran parte, en un autómata, como los perros de Pavlov, que respondían con movimientos reflejos a los estímulos del investigador.
En el ser humano, este investigador fue sustituido por los medios electrónicos de comunicación, que le dicen lo que debe comprar si quiere ser considerado todavía como un habitante de este planeta, no importando lo superfluo o absurdo que sea el producto ofrecido.
Así el mundo Uno, fue fragmentado en partes, en millones de partes, disponibles en el mercado, ofrecido como sucedáneos de la felicidad y del bienestar. Lo terrible/es que esta fragmentación se lleva no solo el dinero y sí casi todo lo que es importante para la Humanidad: la salud, la creatividad ética, la solidaridad, la cooperación. O sea, la alegría de vivir.
Este desenlace es, en verdad, completamente lógico. El Universo está apoyado en dos principios básicos: el principio auto-afirmativo (que cuida, protege y desarrolla cada parte) y el principio integrativo (que combina las partes y sus interacciones en un Todo). El paradigma cartesiano, al privilegiar las partes, prioriza el principio auto-afirmativo. Este principio, no poseyendo una percepción global, concentra sus energías en hacer prosperar lo más posible cada parte específica.
El producto evidente de este proceso es el egoísmo, la gananciosidad, la explotación, tan acentuados en la fase actual de la evolución del ser humano, donde la procura por dinero, poder y status, supera en mucho cualquier otro aspecto. Desconsiderado el principio integrativo, la mente y el corazón humanos, se divorciaron; la mente, coronada como Reina, y el corazón como plebeyo indigno de consideraciones más nobles.
San embargo, la reconciliación entre el corazón y la mente, o entre el Ser Exterior y el Ser Interior es el misterio central de todas las religiones(*) elevadas y fraternidades místicas. En algunas de estas, esa reconciliación es conocida con el nombre simbólico de "Casamiento Alquímico".
En el vestibular del Tercer Milenio, asistimos a un proceso de cambio del paradigma cartesiano, para uno nuevo, que podemos llamar de holístico. Se trata de un cambio auténtico, donde lo antiguo es sintetizado con lo nuevo: no hay oposición ni polarización, y sí complementación y harmonización. En verdad, el enfoque holístico no expulsa el cartesianismo y si lo incorpora, pues no se trata de eliminar o cancelar los aspectos físicos y mentales del ser humano y sí de integrarlos armónicamente con los aspectos afectivos y espirituales.
Ferguson (32) nos dice que las etapas de la transformación son cuatro: el primero es el punto de partida; la segunda, lo que llama de "exploración" y que preferimos llamar de sensibilización.
Los que más nos interesan son los dos siguientes:
  • Integración. Cuando el principio integrativo surge en nuestro corazón, en lugar de tentar sustituir el principio auto-afirmativo que predominaba anteriormente, lo envuelve con un manto cálido de afectividad y espiritualidad. Comenzamos a percibir que los viejos hábitos, creencias y valores son bastante incongruentes con lo que ahora creemos. Desarrollamos, por lo tanto, una nueva manera de ser: más comprensiva, más solidaria, mas armónica. Esta fase también puede ser llamada de concientización holística.
  • Conspiración. Aquí llegamos a la culminación del proceso de cambio. En ella, descubrimos nuevas ideas, nuevas formas de acción, nuevos poderes, todos ellos tendientes a la auto-realización personal y a la cooperación humana. Un gran desafío comienza a volverse imperioso, y precisamos abordarlo. Él puede ser resumido en la pregunta siguiente.
Si nuestra mente individual es capaz de desarrollar un proceso, ahora elevado, de evolución y transformación, ¿por qué a través de un esfuerzo colectivo bien estructurado no podrá ser transformada y restaurada la sociedad?
Entonces lo que antes era individual (o pequeño-grupal) pasó a ser necesidad social y por lo tanto, se precisa "conspirar" ("respirar juntos"), no para imponer cambios a nadie y sí para hacerlos viables para aquellos que creen en los cambios, pero no tienen (o creen no tener), fuerzas suficientes para implementarlos. Esta es la fase de la acción holística.
El cartesianismo imperante nos ha llevado a trabajar con cualidades utilizando instrumentos cuantitativos exigidos por el método científico. Al respecto, Ferguson (35) hace preguntas constreñidas:
  • ¿Qué es lo evaluado en un teste de inteligencia?
  • ¿Dónde, en el equipamiento médico, está la voluntad de vivir?
  • ¿Cuál es el tamaño de una intención?
  • ¿Cuál es el peso de un sufrimiento o la profundidad de un amor?
Hay un hecho real: las interacciones, las conexiones, las interdependencias, los cambios, las transformaciones, pueden ser medidas arbitrariamente según índices abstractos que podemos crear. Pero no existe en la esencia del método científico, condiciones para evaluar de forma consistente la riqueza, la diversidad y la complejidad de los cambios cualitativos.
La onda de cambios en la forma de pensar, sentir y actuar, poco a poco se extiende por la sociedad humana. Numerosas investigaciones, como la Harris muestran esto claramente configurándose una creciente tendencia para revertir la orientación materialista tan marcante hasta ahora. En efecto, ese investigador, detectó en EEUU que:
  • Ochenta por ciento de las personas prefieren gastar más tiempo con integración humana que con comunicaciones tecnológicas perfeccionadas y esperan ver la sociedad apreciar más los valores humanos que los materiales.
  • Sesenta por ciento declaró que era preferible obtener del trabajorecompensas internas, de que aumentar la productividad.
  • Setenta por ciento deseaba ve la educación de los hijos, dirigida más en el sentido de recompensas intangibles que un padrón material mas alto. (O sea: calidad de vida x nivel de vida).
Mientras tanto, el sistema estudia científicamente el comportamiento humano y desarrolla técnicas cada vez mas sofisticadas para engañarlo y mantenerlo prisionero.
El hecho es que los individuos que ya están en fase de transformación interior, perciben la necesidad de una acción colectiva holística, de una "conspiración" y para eso están creando una nueva organización social, un sistema abierto en flujo constante, capaz de transformaciones sin fin. Estas organizaciones son las redes.
La atención en ellas es dada al proceso, no al producto final. Según Ferguson (35) las funciones básicas de las redes son:
  • Apoyo mutuo y enriquecimiento personal, permitiendo el fortalecimiento del individuo y viabilizando su cooperación en pró de la transformación.
  • Desarrollar estrategias, a través de las cuales pequeños grupos pueden transformar la sociedad entera (y ya lo están haciendo).
  • Estructurar una resistencia social a las tendencias centralizadoras, autoritarias y restrictivas.
La asociación de rede o Rede de Redes es denominada de SPIN (Redes Integradas Policéntricas Segmentadas). Ellas podrían ser representadas gráficamente por una red de pesca mal remendada, con innúmeros mudos de tamaño variado, pero cada uno de ellos ligado a todos los otros, directa o indirectamente. Por otro lado, cada segmento del SPIN es auto-suficiente, por lo tanto este no puede ser destruido si algún órgano vital fuese perjudicado. Esto es así, porque el centro del SPIN, o sea su corazón es ubicuo: está en todas partes, pero en ningún lugar específico.
Las Redes de Redes se están formando aceleradamente en el seno de la sociedad humana. Ellas son una fuente de poder – descentralizado – jamás producido en la Historia de la Humanidad. La "conspiración acuariana" no es otra cosa que un SPIN de SPINs y ella no puede ser detenida porque no fue creada por ningún ideólogo. Simplemente es la manifestación visible, externa, del cambio interior que está ocurriendo en el interior de las personas y que está caminando para la formación de una masa crítica.

Los valores a promover

El valor básico: la Unidad de la Vida
No precisamos ser ingenieros, médicos, psicólogos o economistas, para diagnosticar la grave enfermedad que se extiende por la sociedad humana. Para eso es suficiente con los titulares de los diarios o escuchar las noticias por la radio o la TV, las cuales transmiten escalofríos de ansiedad, angustia y miedo, que se acaban derramando por doquier.
Todos los seres humanos sufrimos de esa enfermedad del mundo, pues pertenecemos a él. Es claro que diagnósticos hechos por el área académica son mucho más precisos que los del hombre común. Y realmente, no faltan estudios científicos sobre este problema, sobre esta condición tan negativa que nos envuelve y nos ahoga.
Bajo el ángulo particular de cada especialidad, los científicos procuran comprender las causas, identificar los síntomas y pronosticar los efectos de esa enfermedad, verdadera epidemia. A la luz de estos estudios, se proponen métodos, tácticas, estrategias, modelos y "planes salvadores", supuestamente capaces de proporcionar la terapia adecuada. Pero, por más austeras y nobles que sean, las tentativas para mejorar sustancialmente el estado de la sociedad humana que han sido desarrolladas no han permitido avizorar - infelizmente - la cura y ni siquiera la mejoría de la enfermedad diagnosticada. Por el contrario, en la medida que el tiempo pasa, la situación se agrava.
¿Dónde es que fallan los científicos y los estudiosos?
Nos parece claro que la inmensa mayoría de estos esforzados científicos y estudiosos, empeñados sinceramente en aquella magna tarea, carecen de la visión esencial necesaria, que podríamos llamar de UNIDAD DE VIDA. Esto se debe a la propia característica básica del método científico - especialmente sus aspectos mecanicistas y reduccionistas - la cual le permite tener un bien conocimiento de los fragmentos del conjunto, incluso con bastante profundidad. Esto les impide ver el conjunto con la amplitud necesaria.
Por ejemplo, el médico ve cosas que el economista no puede percibir y el biólogo percibe cosas en las que el abogado no puede ni soñar. De este modo, el diagnóstico de un especialista (estamos considerando apenas aspectos físicos) siendo exacto - o casi - en una estrecha faja del conocimiento humano, no puede acercarse a la verdad global.
Como dijo el Maestro: "Es necesario volverse como niños para experimentar el Reino". Y el "Reino" es la VIDA UNA, la UNIDAD DE VIDA, o sea sentirnos formando parte del Todo, de la Gran Naturaleza, hermanos con el Sol y hermanos con la Luna, en las palabras de San Francisco de Assis.
Una vía concreta para recorrer este camino es "des-civilizarnos", en el sentido de comenzar a arrancar de nuestra mente y de nuestro corazón - en el grado que sea posible, el condicionamiento que el proceso civilizatorio lanzó sobre nuestra pureza original. Este descondicionamiento implica, por ejemplo en no comprar celular (sino lo hallamos realmente necesario), no ir al Mc Donald"s o no ver programas horrorosos de televisión (La mayoría lo hace sin saber por qué, no queriendo ser "diferentes" de colegas, vecinos o amigos.
Este proceso es que nos permite retornar a ser como niños, y por lo tanto, capaces de recuperar nuestros vínculos con los otros seres humanos, con la Naturaleza toda, con la VIDA UNA. De esta forma, poco a poco, se podrá reestablecer la Unidad que se quebró hace mucho tiempo, desde que el hombre zambulló en el estudio de un nuevo (en la época) y deslumbrante curso: la Materia.
Para ser más claros y evitar una comprensión errada, este proceso de "des-civilización" o descondicionamiento no significa un retorno a la época de las cavernas, del atraso tecnológico, de las sociedades extractivas.
Del mismo modo, no significa despreciar o abandonar las soluciones específicas que los enfoques particulares de los especialistas nos han ofrecido y que - por lo menos parcialmente - han servido de sustentación, progreso y evolución para la sociedad humana.
Sin embargo, se hace necesaria una concientización plena de que aún en el medio de la confusión actual, plagada de artefactos que la civilización tecnológica nos ha proporcionado, es posible liberarnos de esa enfermedad terrible que es la "separatividad", o sea sentirnos aislados, distantes e indiferentes de las cosas, de las personas, de las plantas, de los animales, de la Naturaleza y ¿por qué no decirlo?, del propio Creador.
Esa percepción de que somos separados del mundo y de las cosas, no puede generar otra cosa que egocentrismo. Esto es evidente: si la disputa es entre yo y el mundo, y este mundo no me favorece, entonces estoy contra el mundo; los demás no me importan en absoluto. Solo yo importo. Esta es la fuente secreta donde nace toda la injusticia social económica que hoy tanto nos angustia y lleva a muchos luchadores sociales a embestidas a veces furiosas, procurando su superación.
Aquella fuente egocéntrica, sin embargo, genera, también, otras injusticias que aquellos heroicos luchadores casi nunca detectan. Ellas no se miden en valores salariales, precios de los alimentos o de los alquileres, pero pueden producir heridas profundas en el corazón humano.
En efecto, la explotación del hombre no se verifica apenas en el taller, la fábrica o la hacienda. La violencia contra el ser humano es practicada en todos los niveles sociales, comenzando por el propio seno familiar, donde el patriarca (en decadencia) emite sus propias leyes. Aquí la inadecuación de los padres al fenómeno llamado VIDA es derramado sobre sus hijos y así perpetuada en el futuro; por otro lado, esta violencia también es practicada por las organizaciones - públicas y privadas - cada una funcionan do por su lado y para las cuales, las personas son apenas un número que las habilita a dar su contribución financiera.
Esta violencia impregna y contamina el aire de nuestra sociedad, donde la honestidad, la sinceridad y la acción correcta son sinónimos de "bobera", mientras que la astucia, la deshonestidad y la habilidad para anestesiar la conciencia humana representan atributos de alto valor "práctico".
Esta violencia también es perpetuada en nuestro sistema de enseñanza - totalmente obsoleto y preocupado apenas en graduar individuos con formación técnica o técnico - científica, capaces de decirnos como hacer las cosas (de su especialidad), pero incapaces de analizarlos ¿por quépara quien para qué? esas cosas son hechas.
Seamos justos. No es el gran capital que creó esta separatividad y este egoísmo. Por el contrario fueron estas características humanas que crearon en el hombre la fiebre de acumulación de riquezas. Esa separatividad y ese egocentrismo se desarrollaron en la especie humana, no por obra de ninguna fuerza maligna y sí por la propia naturaleza de su evolución, la cual está íntimamente ligada con el hecho de que el hombre, para progresar rápidamente en el aprendizaje del curso que está haciendo sobre la "materia", debía focalizar su esfuerzo máximo en el mundo exterior, en lo aparente y tangible, que es donde la Unidad se esconde, se diluye y desaparece, dejando en su lugar la diversidad.
Esa diversidad, junto con la separatividad - que hoy nos parecen tan normal y hasta natural - son, en realidad, un velo detrás del cual se oculta la UNIDAD DE VIDA, perceptible solo a unos pocos.
Este raciocinio demuestra - una vez mas - que atacar los problemas de naturaleza socio-económica, sin duda muy importantes, implica en combatir solamente los efectos sintomáticos de causas bien mas profundas. Y esa causa es la fuente secreta, recientemente mencionada: el aislamiento que el ser humano siente en relación con el medio ambiente humano y con el natural.
Solo en la medida en que nos reintegremos al sentimiento de la VIDA UNA o UNIDAD DE LA VIDA, es que la calidad de la vida humana mejora realmente y por tanto, podremos tener una fuerte expectativa en relación con la posibilidad de que sentimientos de felicidad auténtica, se establezcan en forma permanente en la sociedad humana.
Para operar en la dirección señalada, es necesario articular un cambio fundamental en la percepción del mundo y de las cosas. Hasta ahora, estábamos presos, pendientes y tensos con los acontecimientos del mundo exterior, pues ellos eran lo único "real" en nuestra vida, siendo las otras cosas, apenas sueños o especulaciones.
El cambio fundamental consiste en que ahora debemos dirigir la visión para nuestro interior: ¿lo que pensamos?, ¿Cómo pensamos?, ¿Lo que sentimos?, ¿Cómo sentimos?, ¿Lo que hacemos?, ¿Cómo lo hacemos?. ¿Cómo esas cosas se relacionan entre sí?
Simplemente, se trata de lo siguiente: la Humanidad está acabando el "Curso" sobre la Materia y está ingresando - lenta y gradualmente - en otro: la Vida Interior. Naturalmente, programa y métodos de enseñanza también serán diferentes.
También es cierto que hay alumnos atrasados que aún precisan experimentar bastante con la Materia, y que no están aptos para entender que hay un nuevo "Curso" a cumplir por el frente, que es bien diferente del anterior. Esos alumnos son elementos recalcitrantes y lamentablemente hay muchos de ellos ampliamente distribuidos en el seno de la sociedad humana. Pero, a pesar de su presencia, el proceso continuará desarrollándose, aprovechando la renovación oriunda de las nuevas generaciones.
El hecho es que las personas más evolucionadas ya están comenzando a recibir en el centro de sus corazones, sin saber muchas veces de donde vienen, algunas percepciones especiales que con cierta frecuencia sienten. No tengamos dudas, esas percepciones son oriundas de la médula de nuestro Ser, que vive inmerso en un Océano de Vida, en la UNIDAD DE VIDA, y que agotado el tiempo en que se vió obligado a pasar en el banco de reservas, para favorecer el desarrollo del Yo Exterior vuelve ahora a su posición de titular, para continuar así es proceso evolutivo.
O sea, en la medida en que el tiempo de la Omnipotencia del Tener se comienza a esfumar, surge el tiempo de la Omnipotencia del Ser. Estamos en la época de transición, en el "punto de mutación" (Ver Capra 15). Comencemos, pues, a abrir espacios para el Ser, pero sin precipitarnos en ese proceso, pues si exageramos, podemos quebrar la sustentación de nuestros pies y caer en el abismo, donde los monstruos del Tener nos harán pedazos. Así, el rumbo está claramente indicado por las enseñanzas del Buda: el camino del medio, que implica en un enfoque holístico.
Por lo tanto, no queramos desarrollar nuestras potencialidades internas de hoy para mañana de mañana. Esto no es posible. Se tentáramos de ese modo, quedaremos desanimados por no obtener victorias inmediatas, y ese decaimiento puede llevarnos al desastre. Decidamos comenzar ahora y agreguemos un grano de arena cada día. Esa es una receta que garante el suceso.
Las metas, los principios básicos y los sistemas de orientación del ser humano
"La fé sin obras es muerta" (Santiago, 2:26). O sea, las potencialidades del hombre son apenas eso: potencialidades. Si ellas no son accionadas, quedarán ancladas en el mundo de los sueños, en el mundo del "podría", "sería", "ocurriría".
Afortunadamente, la capacidad de acción está bien desarrollada en el hombre y no será por falta de ella que él fracasará en sus emprendimientos. El problema está en la orientación de esa acción. Actuar sí, pero ¿para qué?. Esa es la gran pregunta a responder. Es interesante analizar algunas características del ser humano que hacen de él única especie que crea, lucha, vive y muere por ideas (independiente de que ellas sean "buenas" o "malas"). El hombre parece no poder sobrevivir si él no tuviese algo en lo que creer: Dios, patria, dinero, poder, Partido, libertad o en cualquier otra cosa, tal vez él mismo.
Fromm (34) denomina "religión" a esa necesidad humana, en un sentido bien más amplio que el usual. Este autor define religión como "cualquier sistema grupalmente compartido de pensamiento y acción, capaz de ofrecer al individuo un esquema de orientación y un objeto de devoción".
Esta necesidad humana sería independiente del desarrollo intelectual y del nivel educativo de las personas. Tanto el artista, como el filósofo o el científio del mismo modo que campesinos analfabetos u obreros de salario mínimo tienen la misma estructura mental general, a través de la cual reaccionan a los estímulos del mundo exterior, a veces aprobándolos y otras, rechazándolos. Pero no de un modo instintivo como lo hacen los animales y sí según aquel sistema de creencias, pensamientos y sentimientos.
De acuerdo con los mejores conocimientos de la Ciencia, el ser humano evolucionó - por lo menos físicamente - a partir de otros seres, más desarrollados. En particular, en el reino animal se percibe una doble escala entre las especies inferiores y aquellas reconocidas como superiores. En la medida que el animal es superior, el nivel instintivo se reduce; por otro lado, aumenta el volumen relativo del cerebro (sobre todo el neo-córtex).
En el ser humano, esta situación llegó a su culminación: mínimo desarrollo instintivo y máximo desarrollo cerebral. Esta combinación posibilitó aquel, a pesar de su insignificancia física, derrotar animales más fuertes y poderosos, así como utilizar la Naturaleza en su provecho, no solamente extrayendo los frutos de ésta, y sí trabajándola según sus inclinaciones. Así como el hombre, por la observación del Ciclo y de la Tierra, fue interpretando el significado de los ciclos naturales y se hizo sedentario y agricultor, cosechando los frutos de su propio esfuerzo.
Pero - justamente - debido a su potencia instintiva relativamente baja, contrabalanceada por el comparativamente alto desarrollo cerebral, el hombre comenzó a percibir el mundo que lo rodea, no como una cosa completa y acabada y sí como un verdadero caleidoscopio, con problemas y soluciones muy variadas.
En este punto, el hombre comprendió que era necesario - en verdad imprescindible - adquirir un instrumento que lo guiase. En efecto, si no existe una ruta segura, un camino único, como es el caso de los animales, guiados por sus instintos, entonces él deberá crear esa guía, ese sistema orientador.
En el sistema primitivo, el hombre consideró aquellas fuerzas que escapaban a su control como seres más poderosos, los que le producían miedo; de ahí que muchas veces tentara aplacarlos, utilizando frecuentemente víctimas propiciatorias. Ahí es que nació la idea de las religiones, de los dioses y su adoración (Debemos aclarar que esta interpretación sigue en sus líneas básicas al conocimiento científico, por lo que sí bien es un enfoque interesante, no agota de forma alguna esta fascinante problemática, que involucra relaciones mas profundas, más ricas y más amplias que las que están siendo expuestas).
En aquel contexto, existía un sistema orientador, representado por los conocimientos específicos que el hombre tenía acerca del mundo que lo rodeaba, así como una interpretación de este, en el cual tenía un lugar bien importante, todo lo relativo a los "dioses". Ellos eran, como dijo Fromn (34), "objetos de devoción". Pero un sistema orientador (digamos la brújula) y un cierto coraje (proporcionado por la fé en los dioses) no son suficientes para llegar a algún lugar.
Realmente, el ser humano precisa tener una meta a la cual dirigirse, de lo contrario el mundo puede transformarse en algo vacío e insoportable, aún con la brújula y los dioses en las manos.
No es momento de hacer un análisis completo sobre el asunto, pero atravesando la noche de los tiempos, aquel "objeto de devoción" de los primitivos se transformó en religiones bien estructuradas, primero politeístas y después, monoteístas. Con la llegada de Cristo se desarrolló una religión denominada cristiana, impregnada originalmente de un mensaje de incomparable de Amor (principio integrativo).
Sin embargo, las personas no estaban - en general - preparadas para el contenido de ese mensaje y las deturpaciones y desentendimientos comenzaron temprano.
En la medida en que la nueva religión se hacía mas fuerte, mas institucionalizada y más difundida por los cuatro puntos cardinales, su contenido interno, su sentido místico original se debilitaba, de modo que 500 años después de la crucificación de Jesús, los cambios introducidos eran tantos y tan profundos que acabaron dañando seriamente el proceso original.
Entretanto, por vuelta de los siglos XII e XIII, según los historiadores, hubo una fase de esplendor de la Iglesia, en la cual ella se preocupó realmente, no solo con la consigna de "amar el prójimo" y sí también con asuntos relativos a libertad, justicia, etc. Así, por ejemplo, se enseñaba que el trabajo es fuente de dignidad, no debiendo ser utilizado ningún ser humano para fines independientes de su bienestar; que la justicia debería determinar los precios y los salarios (¡véase cuanto hemos retrocedido!); que las relaciones entre gobernantes y gobernados deberían incluir obligaciones recíprocas, etc.
Según Artz (35) "él ideal medieval involucraba la fé firme en que todas las naciones y pueblos son parte de una gran comunidad"(*) (¡compare-se esto con el modernismo de los campos de exterminio racial, como Auschwitz o Dachan!). Por otra parte "Estadopropiedad y familia son tareas de Dios encomendadas a aquellos que las controlan y deben ser cumplidas para alcanzar propósitos divinos".
Lamentablemente, este rebrote de los principios verdaderamente cristianos se perdió, después de una serie de Reformas y Contra-Reformas, indulgencias papales etc., mezcladas con hechos horrendos, oriundos de la Santa Inquisición, terrible poder represivo ejercido generalmente por fanáticos religiosos como Torquemada.
Las nuevas ideologías religiosas que, por una parte, representaban un aire renovador, exigiendo una interpretación más libre de las Sagradas Escrituras, incluían - paralelamente - un germen, que posteriormente se manifestó como bastante negativo. Este germen se desarrolló como una nueva estructura caracterológica, que impera hasta hoy. La nueva característica fundamental fue el cambio acerca del significado del trabajo. En los siglos anteriores, el trabajo era un medio, el medio de sobrevivir, siendo necesario (e imprescindible) para alimentarse, abrigarse, viajar, construir residencias, etc.
Pero, con las nuevas ideas reformistas, sobre todo las de Lutero, el trabajo pasó a ser el modo básico, a través del cual la persona podía obtener reconocimiento, aprobación, admiración y hasta amor. El suceso producido por una actividad febril en alguna ocupación pasó a ser la señal terrena de la "salvación eterna".
Estas son motivaciones que los economistas y otros tecnócratas desconocen, ignoran o desprecian, pero que son las que realmente mueven los resortes de la Sociedad humana. La estructura caracterológica de una sociedad es la causa de todos sus efectos (negativos y positivos).
Por lo tanto, una sociedad nueva, radicalmente diferente de la actual, porque será justa, libre y armónica, solo podrá ocurrir a partir de un cambio radical de aquella estructura.
De este modo, la estructura caracterológica de nuestra sociedad, impregnada de aquella concepción filosófica, considera la productividad (no importa de que, ni para que y sí apenas cuanto, como factor básico para juzgar las personas). Se debe resaltar que, aunque millones de personas juren ser cristianos, el hecho real es que el Maestro nunca colocó la productividad (cuantitativa) como meta, y ni siquiera como valor importante. Sus enseñanzas fueron dirigidas a estimular el desarrollo del amor, la paz, la armonía, la fraternidad y la generosidad.
Naturalmente, esto no significa que deseemos hacer apología de la improductividad. Nuestro pensamiento esta lejos de esa interpretación; lo que se reivindica es colocar la productividad (cuantitativa) como algo necesario, pero después que se hayan cumplido y aplicado aquellos otros atributos.
Cuando se coloca la productividad (cuantitativa) como el gran objetivo a alcanzar, se está presentando una trampa, porque en este caso, ella apenas hace el papel de testaferro y las estrellas (ocultas) son, en realidad, el lucro, el poder, la explotación y la opresión.
Por su vez, sí la armonía, el equilibrio, él respeto a los otros, la justicia, la transparencia, la coherencia y la cooperación fuesen las estrellas de primera magnitud, una productividad (cuantitativa) alta y eficiente sería bien deseable. Sin embargo, esta productividad tendría - muy probablemente - poco a ver con muchos artículos actuales.
En efecto, no tendríamos bombas atómicas ni armas bacteriológicas, no existiría el festival de artículos superfluos o inútiles que hoy abundan, comprometiendo seriamente la disponibilidad de los recursos naturales: también no tendríamos programas televisivos idiotizantes ni anti-contaminantes para combatir la contaminación (porque esta no sería producida), ni agrotóxicos, drogas, transgénicos u otras ruindades de esa naturaleza.
El hombre moderno y su hijo, el hombre "cibernético" cambiaron el "sistema de orientación" al cambiar el sentido del trabajo, que pasó a ser alienado, explotador y opresor, constituyéndose en una obligación y un castigo. Es por esto que la mayoría de las personas hoy en día no gustan y hasta odian su trabajo, considerándose como un modo de vida ideal aquel que no exige trabajar.
Otras personas - una minoría - "aman" su trabajo porque dá status, poder y lucros. Solo unos pocos gustan realmente de su trabajo.
Debe ser entendido que aquel "sistema de orientación" no cambió por casualidad. Su cambio se debió a que la meta del hombre fue modificada. En efecto, el "suceso" exterior, pasó a ser da demostración tangible de la "salvación" según el nuevo pensamiento formulado por los reformistas religiosos como Lutero, a partir del siglo XVI. Esta orientación ejerció fuertes efectos en los países donde el protestantismo predominó, sobre todo en EEUU, que a partir del siglo XX exportó esta filosofía para el resto del mundo.
O sea, hubo en cambio real significativo en la estructura caracterológica moderna, pasándose de la frugalidad de los primeros cristianos a la sofisticación, al derroche y al culto a la riqueza que hoy prevalece. Ese cambio estructural operando como causa fundamental, provocó una multitud de efectos, hasta llegarse a la sociedad moderna: pesimista, vanidosa, superficial, egoísta, frustrada y angustiada.
Por lo tanto si la meta del hombre fuese nuevamente cambiada y ahora en un sentido esencialmente positivo y constructivo, es obvio que, siendo ella la causa fundamental, provocará muchos efectos de naturaleza benéfica. Así, cambiando su meta, el hombre operará sobre su sistema de creencias, pensamientos y sentimientos, reformulando su "objeto de devoción".
Esta es la Gran Utopía, el desafío del Siglo XXI.

Un posible camino

En este momento, es necesario recapitular y contribuir con alguna propuesta para posibilitar la transformación de la Gran Utopía en realidad. Una propuesta posible es la siguiente:
  • Meta: Transformar una sociedad centrada en valores negativos (odio, agresividad, violencia, inseguridad, codicia, explotación, represión, opresión...) en otra centrada en valores positivos (amor, paz, armonía, generosidad, fraternidad, justicia, transparencia, cooperación, libertad, etc.).
  • Sistema de Orientación: Cambiar nuestro sistema de creencias, pensamientos y sentimientos, a través de dos procesos básicos:
  • a) Mentalización, reflexión y concientización (Cambios internos).
  • b) Acciones concretas, a través de proyectos específicos (Cambios externos).
  • "Objeto de devoción". Esta expresión tiene cierto olor escolástico, por lo que preferimos sustituirla por principios básicos, que son tres:
  • a) Reconocer - independiente del nombre que se le dé - al Creador como Origen y Regente de las Leyes Universales, Infinito, Omnipotente y Omnisciente. Las religiones llaman a ese Creador con nombres diferentes (Brahman, Ormuz, Jehová, Señor, Alá, etc.) y cada una cuenta historia diferente acerca de sus hechos. Pero Él es incognoscible en su totalidad. Por eso, parece ser preferible la expresión "Dios de nuestro corazón", o sea la fracción de El que cada uno puede percibir.
  • b) Reconocimiento del Yo Interior (que algunos denominan de Ser Crístico) como una partícula del Creador; por lo tanto con sus mismos atributos, solo que en estado de potencialidad, que deberá ser despertada. Esa es la misión cósmica del ser humano.
  • c) La propia Vida, como Esencia indefinible, como corriente de luz que atraviesa y dá sentido a nuestra existencia física, así como a todos los seres que habitan el planeta. La percepción de esta Esencia es plenificada en la medida que desarrollamos adecuadamente nuestra personalidad, la cual refleja aquel Yo Interior que vive en el centro de nuestro corazón.
  • Estrategia: Los principios básicos recientemente mencionados, forman el cimiento de la propuesta, pero ella precisa de una operacionalización para poder manifestarse en el mundo físico. Los dos principales enfoques de este desarrollo operacional son los siguientes:
  • a) Aumentar nuestra demanda por la satisfacción de las necesidades reales en detrimento de las artificiales.
  • b) Reducir hasta eliminar las necesidades artificiales impuestas por el sistema económico.
Los valores a promover
En la estrategia comentada anteriormente, se mencionan necesidades reales y necesidades artificiales. Al respecto, se necesita aclarar el significado de estas expresiones, que pueden ser consultadas con mayor detalle en Bonilla (36).
La obscena mezcla de desnutrición y derroche, de "cantegriles", "asentamientos" y de rascacielos y mansiones de lujo, que existen no solo en los países subdesarrollados y sí también en los super-industrializados, indica un desajuste crítico en el contexto del primer punto: las necesidades reales. Así excesos absurdos en ciertos niveles (por ejemplo desfile de perros y perras, adornados con carísimas ropas, inclusive joyas) y carencia aberrantes en otros niveles, andan lado a lado, lo que es imprescindible para que el sistema prevaleciente funcione.
En efecto, si no hubiese toda esa impresionante masa de artículos que todo ciudadano aspirante pertenecer a cualquier nivel de status debe adquirir(*) y esos recursos fuesen utilizados para todos los grupos humanos, el ítem fundamental de las necesidades reales, o sea las necesidades físicas vitales, sería resuelto.
Sin embargo, el riesgo - para la estructura dominante - es que si las necesidades vitales fueran atendidas, la sociedad debería encarar y abordar las restantes necesidades reales. Pero, resulta que esas necesitan militan frontalmente contra la opresión del hombre por el hombre; ellas destruyen la dominación.
El día en que el ser humano pueda amar sin sentimiento de culpa, trabajar con alegría y entusiasmo y actuar solidariamente con las otras personas, no habrá espacio físico para la opresión - que se desarrolla de forma cada vez más sutil - y la liberación del ser humano será un hecho concreto.
Esta realidad es perfectamente conocida por los engranajes de la prevaleciente sociedad de consumo. Por este motivo, ella dedica todo su esfuerzo y energía, no a promover los valores humanos y sí a hipertrofiar las necesidades artificiales creadas por el sistema para su auto-perpetuación. Paralelamente, es organizada una lucha agotadora entre las personas con el propósito de satisfacer esas necesidades, que no son reales, son creadas artificialmente por el sistema dominante, exclusivamente para su beneficio.
El análisis de estas necesidades artificiales demuestra su carácter ambivalente: por un lado pueden ser gratificantes para el individuo; por otro, perpetúan la injusticia en toda su potencia.
Por ejemplo, la "necesidad" de cambiar el modelo de auto con la mayor frecuencia posible, produce una sensación individual muy gratificante, pues la persona considera que tiene mas status, que vive más "feliz" (en la realidad, solo más eufórico), hasta la propia virilidad parece aumentar(*), sobre todo cuanto más caro él sea y cuanto mayor simbolismo fálico tenga.
Mas esa actitud de compra para estar en la "onda" tiene una contrapartida nefasta a nivel social: se paga un pesado tributo al mundo insaciable de los negocios y su corte de dolor y sufrimiento; se paga así la cuota de la corriente consumista que nunca acaba; siempre hay algo "nuevo" para comprar, de modo que las deudas pasan a ser permanentes.
Si fuese contabilizada aquella actitud consumista, multiplicado por muchos otros individuos que "piensan" igual (en realidad no piensan, apenas siguen la corriente del lavaje cerebral publicitario), al final habrá una contribución decisiva para que el sistema se mantenga y prospere.
De esta forma, serán invertidos cuantiosos capitales en la producción de mas autos, cada vez más potentes (pero... ¿para qué sirve un auto potente en un tránsito con crecientes índices de embotellamiento?), pero no en reducción de miseria. Los talentos de la ingeniería tentarán diseñar los carros más atractivos y fálicos, y no en crear nuevas formas de utilización de la Naturaleza y de la transformación de las materias primas que no sean agresivas al medio ambiente. Los psicólogos y los comunicadores crearán nuevas formas de publicidad, subliminales directa o indirectamente para vender más y más autos (aunque las personas para pagar su cuota mensual se alimenten peor) y dejarán de utilizar sus conocimientos y sus capacidades para descubrir nuevas formas para desarrollar una educación que permita al ser humano descubrir nuevos caminos para su realización.
O sea, se derrocha dinero, talento y recursos naturales y se agrede al medio ambiente. Se aplica en lo secundario y se olvida lo esencial. Se anestesia científicamente el ser humano y después se le vende cualquier cosa.
Debemos dejar en claro que el auto es apenas un ejemplo. No estamos contra la fabricación de autos. Pero ellos no pueden transformarse en un pasaporte acerca del valor de las personas. También debe quedar claro que la necesidad real del ser humano es transporte. Auto es una alternativa (entre varias).
La gran cuestión, entonces, es: ¿Cómo tener espacio para el desarrollo interior si el mundo exterior absorbe casi completamente la atención de las personas, a través de exigencias sutiles, macizamente vehiculadas por los medios de comunicación?
Ese es el gran desafío, que la Humanidad tomada como conjunto, precisa enfrentar a través de la creación de "redes" especificas, de movimientos "sin nombre", de movimientos contraculturales, de enfoques holísticos y transdisciplinarios.
¿Cuál, entonces, deberá ser el principal valor a ser promovido por la especie humana para que ella pueda entrar rápidamente en un correcto proceso evolutivo? Tal vez una respuesta resumida pueda ser: aumentar constantemente las demandas por la Pró-Vida y reducir constantemente las demandas por la Anti-Vida.
Anti-Vida es el mundo en el cual vivimos; Pró-Vida es el mundo que vamos a construir. Sus características principales, a título indicativo son las siguientes:
  • Anti-Vida es evasión por el consumismo, por el alcohol, por las drogas, por la promiscuidad.
  • Pró-Vida es frugalidad en el consumo (consumir lo necesario y no lo que los medios de comunicación nos quieren obligar a consumir)..
  • Pró-Vida es restricción en la bebida, (ya que el alcohol - como los cigarros - son venenos científicamente comprobados).
  • Pró-Vida es amor maduro (o sea saber que amor y sexo son cosas maravillosas y justamente por eso, la genitalidad no puede ser desplegada a los cuatro vientos).
  • Pró-Vida es la conciencia clara de la realidad en la cual vivimos (por lo tanto, no precisamos crear "paraísos artificiales"; podemos, en cambio, crear cosas buenas, sentirnos bien y caminar, paso a paso, en dirección a la auto-realización).
  • Anti-Vida es exploración, violencia, guerra y crímenes.
  • Pró-Vida es asegurar a cada uno, alimentación, vestuario y residencia, dignas e adecuadas.
  • Pró-Vida es un profundo sentimiento de paz.
  • Pró-Vida es el derecho que cada ser humano tiene de disponer de su propia vida, sin tener que aceptar el falso yugo de la "patria" y tener que morir en defensa de intereses ajenos.
  • Pró-Vida es un canto a la verdadera esencia humana (el Ser Interior).
  • Anti-Vida es desesperación por el lucro, aunque la Naturaleza sea destruida y seres humanos intensamente explotados.
  • Pró-Vida es un poema a la Naturaleza, a su belleza, a su pureza.
  • Pró-Vida es respeto por la vida en todas sus formas.
  • Pró-Vida es considerar la Naturaleza como hermana (o tal vez como madre) y nunca como una esclava.
  • Anti-Vida es prostitución, machismo, incapacidad de amar.
  • Pró-Vida es un beso entre el sexo y el amor.
  • Pró-Vida es un respeto absoluto por la vida humana.
  • Pró-Vida es la capacidad de amar y ser amado.
  • Pró-Vida es comprender - a través del Amor - la sintonía que existe entre la Luz Interior del ser humano y la Gran Sinfonía Cósmica: la VIDA UNA.
  • Anti-Vida es odio, envidia, codicia, frustración, angustia, miedo, resentimiento, rabia, mezquindad, inseguridad, tristeza...
  • Pró-Vida es amor, ternura, alegría, salud, armonía, paz, fraternidad, generosidad, solidaridad, creatividad constructiva, auto-realización...
Por lo tanto, consultando esta lista tendremos una guía bastante avanzada para saber cuáles valores promover (y cuales rechazar).
La construccion de la pró-vida
"Un hombre de coraje es aquel que nada teme, ni siquiera una idea nueva." (Anónimo). Este concepto es la línea básica que debe guiar la promoción de los valores humanos en general.
El amanecer de un nuevo Siglo (XXI), de un nuevo Milenio (tercero) y de una nueva Era (Acuario) muestra nuevas posibilidades; la aurora ilumina el mundo con una nueva esperanza: la Pró-Vida nació y comenzó a andar, nadie podrá detenerla en su arrancada hasta su destino.
Y llegará a ese destino porque usted lector, yo escritor y nosotros, seres humanos, haremos todo lo posible para que su luz impere en el mundo, para que su amor nos envuelva con su gracia, para que la paz arrulle nuestros corazones, para que su armonía cante himnos inspirados, para que su alegría ilumine la sonrisa del niño, del joven, del adulto y del anciano. ¿Utopía? ¿Sueño inconsecuente? Tal vez lo sea para aquellos que no perciben, la señal, el rumbo y la dirección que las cosas están tomando en el mundo. Ya hace casi 30 años, Moura (37) afirmó: "Existen serios indicios de que la crisis actual ya está alcanzando el nivel de cambio de actitudes. Una vez que la percepción ya se alteró, pasó a existir una conciencia de la necesidad de los cambios. Pero, por otro lado, fuera del hecho de existir varios polos generadores de esos cambios, que tienden a irradiarse y crecer en importancia, también existe un estado de desintegración y alienación en el contenido más humano de la vida, que mismo las personas mas privilegiadas, acaban por alterar sus propias percepciones".
Dentro de los síntomas positivos que denuncian la insatisfacción actual y la búsqueda de un nuevo estilo de vida (una nueva postura), aquel autor resalta el énfasis "en la auto-determinación, en la calidad de vida, en el control de la tecnología, en la procura de una ética ecológica y en la búsqueda de los significados transcendentales de la vida".
Utilizando el lenguaje de este libro, se puede decir que el cambio del sistema podrá operar a través de procesos Anti-Vida, en cuyo caso solo ocurrirán cambios superficiales, porque que quedarán intactas las estructuras caracterológicas propias del estado actual de la civilización humana, modificando apenas sus envolturas, sus vestidos exteriores. O los cambios podrán ocurrir a través de procesos Pró-Vida, en los cuales las transformaciones son para valer, porque ellas tocan el tejido íntimo que sustenta aquellas estructuras.
Entonces la elección final es clara: debemos operar primeramente sobre nosotros mismos en una tentativa de rescatar nuestro Ser Interior. Cuando en el fondo de nuestro corazón tengamos el sentimiento, la vivencia, la convicción de que estamos comenzando a transitar por un camino nuevo, lleno de fé, alegría, entusiasmo, armonía y coraje, la Pró-Vida empezará a surgir como una realidad manifiesta, aunque incipiente, en nuestro frente.
Es la Utopía transformándose en realidad. Entonces, junto a nuestros hermanos, que también estarán teniendo un vislumbre tan maravilloso, comenzaremos a colocar los cimientos, las bases, los fundamentos de ese imponente edificio que vamos a construir: la Gran Utopía una sociedad libre, humana, justa pacífica y armónica, capaz de conducirnos a la plenitud y la auto-realización.
El momento en que esta potencialidad humana comienza a tomar forma en el mundo físico es lo que Capra (15) domina de "punto de mutación", concepto que justamente es el título de su libro más famoso.
Cuando este instante magnífico se presente en toda su grandeza y excelsitud, la Pró-Vida tomará cuenta, gradualmente, de todo el planeta, impregnando toda la Humanidad con un rayo iridiscente de esperanza, luz y amor.
En ese momento, tan soñado y para muchos "utópico", podremos cantar en coro el magnífico poema de Violeta Parra que así se inicia: "Gracias a la Vida que me ha dado tanto...", completándolo con la extraordinaria canción de Atahualpa Yupanqui: "Muele que muele el trapiche y en su moler, el alma del hombre muele también... pero yo tengo un sueño secreto, vivo por él y ¡no hay trapiche que a mi sueño pueda moler!"

Bibliografía consultada

  • 1. MEAD.G.R.S. Algumas reflexões místicas. Curitiba: Orden Rosacruz.1982, 318 p.
  • 2. SMYTHE D. Depending rood: communication, capitalism, consciousness and CanadaNorwood : Ablex. 1982, 290 p.
  • 3. SOUKI O. Genocidio cultural. San Pablo: Paulinas.1971, 174 p.
  • 4. TEIXEIRA A C. Marketing de varejo: o merchandising no ponto de venda. Monografia (Especialización en Administración). CEGE/FACE/UFMG. 2001, 63 p.
  • 5. BONILLA J A MELQUAVIDHU (Melhoramento da Qualidade da Vida Humana). VOL.II: a sociedade que vamos construir. Belo Horizonte: Comunicação. 1979, 138 p.
  • 6. MARCUSE H. Eros y Civilización. Barcelona: Seix Barral. 1969, 293 p.
  • 7. ZOHAR D e I. MARSHALL. Inteligencia Espiritual. Rio de Janeiro: Record. 2000, 349 p
  • 8. KOTLER P. Marketing (Edición completa). San Pablo: Atlas. 1980, 720 p.
  • 9. DEMING W.E. Qualidade: a Revolução da Administração. Rio de Janeiro: Marques Saraiva. 1990, 367 p.
  • 10. JURAN J.M. Juran planejando a Qualidade. San Pablo: Pioneira. 1990. 394 p.
  • 11. ISHIKAWA K. TQC: Total Quality Control: estratégia e administração da Qualidade. San Pablo: IM e C International. 1986, 278 p.
  • 12. CAMPOS V.F. Controle da Qualidade Total (No sentido japonês). Belo Horizonte: Fundação Christiano Ottoni. 1992, 220 p.
  • 13. BONILLA J.A Plan Nacional de Alimentación. Material no publicado, 13 p.
  • 14. GARAUDY R. O Projeto Esperança. Rio de Janeiro: Salamandra. 1976, 116 p.
  • 15.  CAPRA F. O Ponto de Mutação. San Pablo: Cultrix. 1982, 445 p.
  • 16. LOVELOCK J.E. Gaia. Nueva York : Oxford University.1979
  • 17. EINSTEIN A. Como vejo o mundo. Rio de Janeiro: Nova Fronteira. 1981, 213 p.
  • 18. BONILLA J.A Administração e Meio Ambiente. Parte II: Os impactos ambientais negativos. NEMPO/CAD/UFMG. 2004, 43 p.
  • 19. BONILLA J.A Fundamentos da Agricultura Ecológica: Sobrevivência e qualidade de vida. San Pablo: Nobel. 1992, 260 p.
  • 20. PASCHOAL A Pragas, praguicidas e a crise ambiental. Rio de Janeiro: Fundação Getúlio Vargas. 1979, 102 p.
  • 21. CHABOUSSOU P. Les plantes malades de pesticides. Bases nouvelles d"une prevention contre maladies e parasites. Paris: Debard. 1980, 271 p.
  • 22. VOISIN A Dinâmica das pastagens. San Pablo: Mestre Jou. 1975, 318 p.
  • 23. MONOSOWSKI W. Políticas ambientais e desenvolvimento no BrasilCadernos FUNDEP 9(16): 15-24. Jun.1989
  • 24. SILVA S.A y D.D.MARA. Tratamentos biológicos de águas residuais. Rio de Janeiro: ABES. 1979,140 p.
  • 25. REIS M.L. ISO-14.000. Gerenciamento ambiental: um novo desafio para a sua competitividade. San Pablo: Qualitymark. 1995.200 p.
  • 26. KOESTLER A.The act of creation. Nueva York: Dell Publishing.1967, 380 p.
  • 27. CAPRA F. O Tao da Física. San Pablo: Cultrix. 1975, 260 p.
  • 28. SCHWARTZ E.S. A inflação da técnica: o declínio da tecnologia na sociedade moderna. San Pablo: Melhoramentos. 1974, 312 p.
  • 29. NOSSO FUTURO COMUM (Informe Brundtland). Comissão Mundial sobre Meio Ambiente e Desenvolvimento Económico. Rio de Janeiro: Fundação Getúlio Vargas. 1988, 430 p.
  • 30. LINDBOLM P. Audiencia pública de la Comisión Brundtland. Noruega. 24-25 Jun.1985.
  • 31. TEILHARD DE CHARDIN P. O Fator Humano. San Pablo: 1988 240 p.
  • 32. BOTKIN J, M.MALITZA y M. EL-MANJDRA. No limits to learning. Bridging the Human Gap. A Report of the Club of Roma. Nueva York: Pergamon Press.1980, 159 p.
  • 33. FERGUSON M. A conspiração aquariana. Rio de Janeiro: Record. 1980, 427 p.
  • 34. FROMM E. Ter ou Ser? San Pablo: Zohar. 1977, 164 p.
  • 35. ARTZ F. Mind of the Middle Ages: An Historical Survey (200-1500 d.C) Nueva York: Knopf. 1959.
  • 36. BONILLA J.A Resposta à crise: Qualidade Total Autêntica em Bens e Serviços. San Pablo: Makron Books. 1994, 238 p.
  • 37. MOURA P.C de C. O Benefício das Crises. Rio de Janeiro: Livros Técnicos e Científicos. 1878, 180 p.

 Autor:
Prof. José Antonio Bonilla Castillo.
(Universidad de la República, Uruguay ; Universidad Nacional de Tucumán, República Argentina , Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Psicologia Juridica